Marcelo T. de Alvear: de “buen chico” a presidente radical y su amor de película que escandalizó a la sociedad

Marcelo T. de Alvear: de “buen chico” a presidente radical y su amor de película que escandalizó a la sociedad

Joven Alvear.  Estudió Derecho en la UBA y participó en la revolución de Parque, donde conoció a Leandro N. Alem (Revista Caras y Caretas)Joven Alvear. Estudió Derecho en la UBA y participó en la revolución de Parque, donde conoció a Leandro N. Alem (Revista Caras y Caretas)

Máximo Marcelo Torcuato era un estudiante de Derecho de 22 años cuando se unió a los jóvenes que protestaban contra el gobierno de Miguel Juárez Celman. Ese “niño bueno”, nacido el 4 de octubre de 1868 y criado con sus hermanos Carmen, Ángel y Carlos en una mansión estilo francés de Juncal 1082, casi esquina con Cerrito, estaba en el mitin del Florida Garden y apenas escuchó el encendido. discurso del líder Leandro N. Alem para ofrecerte toda la colaboración que necesitabas.

Aquel joven alto, corpulento, de recortada y fina barba, venía de una familia patricia. El primer Alvear en estas tierras fue Diego de Alvear y Ponce de León, funcionario del virreinato. Sus abuelos fueron los generales Carlos María de Alvear y Ángel Pacheco por parte de madre. Su padre Torcuato – intendente de Buenos Aires durante la presidencia de Julio A. Roca – durante algunos meses no logró verlo recibir el título de abogado en la Universidad de Buenos Aires. El doctorado lo obtuvo con la tesis “De los albaceas”.

Alem, en el centro, en una fotografía de 1893 tomada en Rosario.  A su derecha se ve a un joven Marcelo T. de Alvear, de brazos cruzados.Alem, en el centro, en una fotografía de 1893 tomada en Rosario. A su derecha se ve a un joven Marcelo T. de Alvear, de brazos cruzados.

Siguió a Alem en la formación de la Unión Cívica Radical, Fue su secretario en la Revolución del Parque.y en 1893 lideró un grupo armado de 75 hombres que tomó la comisaría de policía y la estación de ferrocarril de Temperley, lo que le valió los elogios de Hipólito Yrigoyen. El triunfo en territorio bonaerense duró apenas unos días. Sufrió la dura represión ordenada por el ministro Manuel Quintana y fue a prisión.

Allí comenzó una relación de amistad y profundo cariño con Yrigoyen, 16 años mayor, que duraría toda la vida. Se llamaban por su nombre pero nunca se dirigían la palabra.. Cuando en 1897 se batió en duelo con Lisandro de la Torre, Marcelo fue, junto con Tomás de Valle, uno de sus padrinos y lo instruyó en el uso del sable, del que Yrigoyen nada sabía.

Siguió a don Hipólito en su intransigencia partidista y en esa lucha contra lo que el líder del radicalismo llamó “el Régimen”.

Además de político, le gustaba practicar deportes.  Esgrima, automovilismo y tiro fueron algunas de las disciplinas en las que destacó (Revista Caras y Caretas)Además de político, le gustaba practicar deportes. Esgrima, automovilismo y tiro fueron algunas de las disciplinas en las que destacó (Revista Caras y Caretas)

La política no era su único mundo.. En 1900 con su Locomotora ganó la primera carrera automovilística celebrada en el país, y se destacó en la práctica de varios deportes, como competencias de esgrima, equitación, tiro o peleas de boxeo, en las que llegó a cruzar guantes con Jorge Newbery. .

Ese soltero millonario tan codiciado por las chicas porteñasse casó en 1906 en Lisboa con el cantante lírico Regina Pacini, a quien la había escuchado cantar por primera vez en Buenos Aires en 1898. Lo había deslumbrado a tal punto que durante ocho años la siguió por toda Europa en sus giras artísticas, en las que la colmó de flores y costosos obsequios que ella, cortésmente, él regresó. Antes de decir que sí, hubo condiciones de ambas partes: ella aceptó pero antes de casarse quería cantar cuatro años más; y él, que una vez fuera su esposa ya no actuaría en público, aunque sí en reuniones privadas.

Su regalo de bodas fue Le Manoir de Coeur Volant, un magnífica mansión de estilo normando en las afueras de París, donde vivieron sus primeros años de matrimonio. El círculo familiar y de amistad de Alvear se escandalizó cuando llegó a Buenos Aires la noticia de su matrimonio con “una artista”. Días antes de la boda recibió un telegrama firmado por muchos de sus amigos instándolo a romper la relación, actitud que le dolió mucho.

Alvear y Regina Pacini vivieron un romance de película, luchando contra las rígidas convenciones sociales de la época.Alvear y Regina Pacini vivieron un romance de película, luchando contra las rígidas convenciones sociales de la época.

Junto a Diego Luis Molinari estuvieron encerrados en el estudio de don Hipólito tratando de convencerlo de que aceptara la candidatura presidencial en 1916 y se alejara de ese no rotundo del que no se movió.

Cuando Yrigoyen fue elegido presidente, Alvear se negó a ser su Ministro de Guerra y asumió el cargo de diputado nacional. El presidente le ofreció la Embajada argentina en París, donde estuvo entre 1917 y 1922. En el marco de la Primera Guerra Mundial, tuvo el primer desacuerdo con Yrigoyen, partidario de la neutralidad. Por otro lado, el embajador sostuvo que esa neutralidad dejaría al país fuera del nuevo orden internacional.

Cuando llegó el momento de las elecciones presidenciales, el líder radical se inclinó por él. Mientras estuvo en París, supo que su nombre era repetido por el presidente saliente. Se sospechaba que Yrigoyen lo había elegido porque pensaba que sabría manipularlo. “Alvear administra e Yrigoyen dirige la política”se dijo al inicio de su gestión, pero los hechos demostraron lo contrario.

Fue presidente entre 1922 y 1928. No hizo campaña.  Se enteró que era candidato mientras estaba en Europa (Wikipedia)Fue presidente entre 1922 y 1928. No hizo campaña. Se enteró que era candidato mientras estaba en Europa (Wikipedia)

Fue un presidente que no hizo campaña.. La banda presidencial que lució el día de su toma de posesión, el 12 de octubre de 1922, había sido confeccionada especialmente por Tomasa, la hermana de Alem. Contrariamente a la gestión personalista de su predecesor, dejó que un gabinete con personalidades altamente preparadas hiciera el trabajo. Casi todos ellos eran antiyrigoyenistas. Molinari los definió como ocho presidentes coordinados por un secretario general.

Desarrolló una gestión que no se parecía en nada a la anterior. Fue respetuoso de los partidos y del Congreso, buscó erradicar el clientelismo y despolitizar la administración, en tiempos en que para acceder a un cargo había que pertenecer a un partido político.

Eran tiempos de estabilidad económica. El precio del peso estuvo al mismo nivel que la libra esterlina y el dólar. En los años 20, Argentina creció más que Estados Unidos, Canadá y Australia. Al final de su mandato, los salarios reales duplicaban el nivel de 1918.

Además, se reactivó el flujo migratorio, suspendido por la guerra europea, y se puso a Enrique Mosconi al frente de YPF. Fue una época de paz social.

Durante su administración, el radicalismo estuvo dividido entre personalistas y antipersonalistas, cuestión que condicionó en parte su gobierno, y su posición fue un tanto oscilante y ambivalente.

Regina fue impulsora y fundadora de la Casa del Teatro, un refugio para artistas mayores sin recursos (Revista Caras y Caretas)Regina fue impulsora y fundadora de la Casa del Teatro, un refugio para artistas mayores sin recursos (Revista Caras y Caretas)

En 1928 entregó los atributos presidenciales a Yrigoyen y partió a Europa. Allí fue sorprendido por el golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930. Regresó al país, criticó al gobierno anterior, dijo que el golpe fue “un mal necesario que ha liberado a la Argentina de una situación en la que estaba perdiendo su prestigio internacional y comprometiendo el bienestar y la prosperidad del pueblo…”. Respecto a Yrigoyen fue lapidario: “Gobernar es no pagar”. Tuvo que defenderse de las críticas de sus propios seguidores que señalaron que él era el principal responsable de que Yrigoyen fuera elegido para un segundo mandato. Aun así, el viejo líder radical aconsejó a su pueblo: “Rodeen a Marcelo”.

Se puso a la vanguardia del radicalismo. Cuando Uriburu, seguro de su victoria, autorizó las elecciones de marzo de 1931 en las que fueron derrotadas las fuerzas conservadoras que lo llevaron al poder, las anuló; Alvear tuvo que exiliarse el 28 de julio de 1931 y se dirigió a Río de Janeiro.

Fue difícil convencerlo para que fuera candidato presidencial en las elecciones de 1931, pero finalmente la dictadura militar vetó su candidatura y allanó el camino para Agustín P. Justo a la Casa Rosa.

En ese momento, tras la muerte de Yrigoyen, se consolidó como líder del partido y líder de la oposición.

Al año siguiente regresó al país y se puso el juego al hombro. Enfrentado por el gobierno, fue nuevamente detenido y alojado en la isla Martín García. Lo encerraron en una casa con techo de chapa, de la que no podía salir, como lo hacían los demás presos. Regina venía a visitarlo con regularidad.

Fue liberado y alojado nuevamente en la isla durante la revolución radical de 1933, en la que negó públicamente su participación.

En 1937 volvió a ser candidato a la presidencia, y pese al abierto apoyo de algunos medios como el diario Crítica, que lo definía como “El hombre de la democracia” fue derrotado por el sistema de fraude imperante. En los actos de campaña electoral, conscientes de la emoción que fácilmente alcanzaba, los jóvenes Ricardo Balbín y Emir Mercader apostaron quién lo hizo llorar primero.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial lo colocó en el lado opuesto del nazismo.

Fue cuestionado por la participación de radicales en notorias negociaciones. de la llamada “Década Infame”, como el escándalo de la venta de terrenos de El Palomar o la concesión a empresas eléctricas. Llegados a este punto, su papel como principal referente del partido fue cuestionado, especialmente por aquellos dirigentes jóvenes que buscaban darle al radicalismo ese nacionalismo yrigoyenista que anhelaban. El nacimiento de FORJA y movimientos como el Revisionista porteño marcarían el camino de la renovación.

La mañana del lunes 23 de marzo de 1942 no podía levantarse de la cama. El sufrió de insuficiencia cardiaca y se agitaba fácilmente. Llevaba quince días viviendo en La Elvira, la casa que había mandado construir en Don Torcuato, pueblo que lleva el nombre de su padre, el antiguo dueño de aquellas tierras. El nombre de la casa recordaba a Elvira Pacheco, su madre, quien falleció cuando él tenía 28 años.

Murió el 23 de marzo de 1942 a las 23:23. Junto a él estaba su esposa Regina; sus médicos Mariano Castex, Antonio Batro, Roberto González Segura y Salvador Dillon, así como familiares y amigos. En su casa se instaló la capilla funeraria y la tarde siguiente el féretro fue trasladado a la Casa Rosada, donde se rindieron los honores correspondientes a un presidente en ejercicio. El día 26 por la mañana hubo una misa corporal en la Catedral y luego se realizó la procesión hacia la Recoleta, en medio de una multitud que hizo que llegaran al cementerio tres horas después, todos para despedirse de aquel”. Bueno niño.” que le gustaban los deportes, que fue presidente y que, contra todo pronóstico, se casó con la mujer que amaba.

Fuentes: Marcelo T. de Alvear. Revolucionario, presidente y líder republicano, por Leandro Losada; Alvear, de Félix Luna; Políticos en la República Radical, de Marcela Ferrari;

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Source: pagasa.edu.vn

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