![“Outward white”: vínculos familiares, memoria y la búsqueda de curación a través del arte](https://pagasa.edu.vn/wp-content/uploads/2023/10/Outward-white-vinculos-familiares-memoria-y-la-busqueda-de-curacion.jpg)
Tráiler de “Outward White” de Sofía Ungar
Si uno imagina un documental posterior a la dictadura, pensaría en cabezas parlantes dando sus testimonios, imágenes de archivo o recortes de periódicos de la época. Sin embargo, Blanco hacia afuerala segunda obra cinematográfica de Sofía Ungar Plantea este tema desde un lado más personal y familiar, a través de conversaciones que sostendrá con su padre donde realiza una conmovedora exploración de la relación que mantienen y el abismo de silencio que los separa.
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La trama se desarrolla en una casa junto al río, donde el padre de Sofía pasa sus días en aparente silencio, mientras ella lucha por abrir canales de comunicación. Las estaciones pasan como un testimonio silencioso, una historia no contada que esconde en su interior la violencia y el legado de la dictadura.
La película se erige como un espejo del proceso mismo de su creación, donde cada plano y cada plano están impregnados de la búsqueda paciente de comprensión y curación. Es un intento de dar voz a lo que queda en las sombras, de mostrar lo innombrable. En este sentido, la estructura de la película no sólo refleja su proceso, sino también los obstáculos personales que deberá superar.
Sofía Ungar explora la posdictadura a través de una profunda relación paternal
Blanco hacia afuera se distancia de historias espectaculares y descripciones minuciosas de terror. En su lugar, él se hace cargo de las lagunas jurídicas y construye un dispositivo que conecta a Sofía con su padre. Es una forma de supervivencia en el acto mismo de no dar testimonio de la historia. Los silencios, lejos de ser defectos, se revelan como gestos fundamentales, como los obstáculos de una dictadura que se arraigan en su cuerpo.
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Sofía, nacida en democracia, lleva consigo esta pesada herencia. La cámara y la película se convierten en su única forma de estar con su padre, de intentar comprenderlo y sanar juntos. No sólo ahonda en el pasado, sino que también explora el presente, cuestionando y observando con compasión el presente de su padre y su masculinidad.
Las relaciones entre las hijas y sus padres nunca son fáciles, no importa la época en la que uno se encuentre, siempre habrá ciertas barreras generacionales y de género que impiden una comunicación fluida, sin embargo, no quiere decir que sea imposible. En este recorrido generacional, donde se reconoce la masculinidad de su padre, Sofía se cuida y lo cuida con una profunda conciencia histórica. Hay un momento de vulnerabilidad en el que se coloca su padre, permitiéndole guiarlo en la difícil tarea de transmitir una historia que aún no sabe contar.
“Outward White” es el segundo documental de Sofía Ungar
Sofía Ungar, con una trayectoria marcada por su sensibilidad y dominio de la fotografía, entrega este trabajo profundamente personal, donde las actividades y juegos cotidianos, como el ajedrez, sirven para relajarse, para abrir nuevos caminos de comunicación y el silencio cobra protagonismo, pero no como consecuencia. de algo que se quiere callar u ocultar, sino dar espacio a la reflexión, a pensar lo que se dice. Aquí las verdades no serán vomitadas sino reveladas a través de insinuaciones.
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El contacto con la naturaleza, los árboles, el fuego, los diferentes climas y principalmente el río que se ven en planos generales dan una atmósfera que nos permite concentrarnos en los sonidos y las palabras que unen a los dos protagonistas de esta historia. Es como si estuvieran inmersos en otra realidad donde no pasa el tiempo, donde no hay obligaciones ni celulares con notificaciones que interrumpan esos momentos de conexión e introspección familiar.
En estas conversaciones se cuelan nombres, hechos y algunas preguntas o preguntas sobre la última dictadura porque es una herida que sigue doliendo y toca de cerca a su familia. Elena María Ungar Gabussi (Choli), militante de Montoneros y tía del director, tenía sólo 21 años la mañana del 21 de octubre de 1977, cuando militares ingresaron a su casa en el barrio porteño de Villa Lugano y la asesinaron. Esa misma noche secuestraron a su madre y a su hermana, quienes fueron llevadas al centro clandestino “Club Atlético” y liberadas después de 10 días. Ezequiel, padre de Sofía, se encontraba en el mismo edificio cuando se llevaron a su familia, pero por alguna razón que desconoce no lo secuestraron.
“Hacia Afuera Blanco” reflexiona sobre la historia y la comunicación familiar
Para realizar este segundo largometraje, el director participó en numerosas becas, residencias y encuentros internacionales. Blanco hacia afuera Es una experiencia cinematográfica que trasciende y nos invita a reflexionar sobre los vínculos familiares, la memoria y la búsqueda de curación a través del arte.
No es la primera vez que Sofía Ungar pone su cuerpo y se expone para hacer una película. en su debut Shalom Bombón, la invitan a pasar diez días en Israel con un grupo de treinta jóvenes durante el conflicto de Gaza. Retrata el encuentro entre dos mundos: exponentes de una clase media judía porteña, estudiantes universitarios y gente hermosa, e Israel, la tierra de sus antepasados. Es un diario de viaje que se debate entre un ligero retrato de vacaciones y un intento de comprender el conflicto palestino-israelí.
“Blanco hacia afuera” de Sofía Ungar en el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, CABA).
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