La psicología detrás de la cleptomanía infantil y sus consecuencias en la adolescencia

La psicología detrás de la cleptomanía infantil y sus consecuencias en la adolescencia

Este impulso incontrolable de tomar objetos ajenos no debe interpretarse como un problema ético, sino como un síntoma. Es un llamado de atención ante carencias emocionales o problemas familiares, que deben ser abordados sin demora en un espacio psicológico.

El niño o adolescente con cleptomanía sabe que sus acciones son éticamente reprobables y aún no puede frenar el impulso de tomar objetos que no le pertenecen (Getty Images)El niño o adolescente con cleptomanía sabe que sus acciones son éticamente reprobables y aún no puede frenar el impulso de tomar objetos que no le pertenecen (Getty Images)

El cleptomanía Es un síntoma caracterizado por una dificultad persistente para resistir la tentación de recoger objetos de otras personas que, generalmente, no tienen valor y que no son necesarios para quien los posee.

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El niños y niñas con cleptomanía pueden robar objetos repetidamente sin motivo aparente y, a menudo, se sienten avergonzado o culpable después de cada hecho.

A diferencia de los llamados pequeños robos ocasionalesque generalmente ocurren en la infancia, que pueden ser por curiosidad y son comportamientos de desarrollo esperados, la cleptomanía implica una vida futura.

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Los pequeños “hurtos” suelen ser cometidos por niños y niñas a edades tempranas y pueden variar en gravedad, desde llevarse pequeños objetos de casas o negocios de amigos hasta cosas del colegio u otros lugares. Estos actos están vinculados a la curiosidad infantil y al deseo de tener algo que no tienen, un juguete por ejemplo.

A diferencia de los pequeños robos infantiles, la cleptomanía revela un comportamiento que va más allá de la curiosidad, lo que indica posibles problemas subyacentes (Getty Images)A diferencia de los pequeños robos infantiles, la cleptomanía revela un comportamiento que va más allá de la curiosidad, lo que indica posibles problemas subyacentes (Getty Images)

A estas edades, los niños y las niñas comienzan a desarrollar un sentido de lo que está bien y lo que está mal a través de la interacción con sus cuidadores. Todavía no tienen una comprensión completa de la ética, por lo que no se trata de robo porque están empezando a interiorizar normas básicas de comportamiento.

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Por lo general, ante estas bromas, se enseña a las familias a devolver el o los objetos prestados y pedir disculpas por el acto cometido. Los niños y niñas aprenden mediante la imitación y la observación de las reacciones de sus padres y adultos cercanos.

En cambio, el Cleptomanía en la infancia o la adolescencia. Puede ser un síntoma de un problema subyacente más profundo.

El objeto sustraído por el cleptómano, a diferencia de los pequeños “hurtos” en la infancia, no pretende conseguir un beneficio inmediato. El objeto sustraído no se utiliza, se oculta ni se deja visible para la contemplación.

El valor no se encuentra en el objeto en sí, al contrario, se sitúa en el gesto extraer, sacar al otro, hacer mío lo del otro.

"En general, estos niños y niñas con cleptomanía pueden sentirse privados de afecto, solos, no escuchados o no atendidos como necesitan", explica la psicóloga Sonia Almada (Getty Images)“En general, estos niños y niñas con cleptomanía pueden sentirse privados de afecto, solos, no escuchados o no atendidos como necesitan”, explica la psicóloga Sonia Almada (Getty Images)

La palabra gesto proviene del latín gestus (llevado, traído con uno) y se utilizaba para referirse al lenguaje corporal de las personas. El gesto cleptómano es tomar para uno mismo, sin ser descubierto, investir (dar a alguien una determinada cualidad o apariencia) el objeto robado con una carga emocional subjetiva.

Así queda constituido como una especie de amuleto venerado, una feticheque otorga un placer prohibido e irremplazable.

Son muchos los casos de personajes famosos que han sido sorprendidos en actos como estos. Un ejemplo es Lindsay Lohan eso En 2008 fue acusada de robar un abrigo. Al año siguiente fue interrogada tras la desaparición de unas joyas en una sesión de fotos que protagonizó y en 2011, las cámaras de seguridad de una joyería presenciaron cómo la actriz robaba un collar. En 2013 la volvieron a acusar de robarle una joya a Liz Taylor.

Se podría suponer que estas personas tienen facilidad y acceso, por su posición social, para obtener estos objetos, pero aun así se llevan los de otras personas.

"En otros casos, los chicos sufren formas de abuso o violencia doméstica y la cleptomanía les ayuda a obtener una indemnización", afirmó la psicóloga (Getty Images)“En otros casos, los chicos sufren formas de abuso o violencia doméstica y la cleptomanía les ayuda a obtener una indemnización”, afirmó la psicóloga (Getty Images)

El niño, niña o adolescente que padece cleptomanía presenta una queja en cada gesto furtivo para lograr apropiarse de objetos del otro. Esta denuncia también es un llamado.

En general, estos niños y niñas pueden sentirse privados de afecto, solos, no escuchados o no atendidos como necesitan. En ocasiones tiene que ver con cuestiones estructurales que sufren las familias, problemas socioambientales, migraciones forzadas, complejas, enfermedades, divorcios contenciosos, etc., donde los adultos están inmersos en otros temas y no pueden atender las necesidades emocionales del niño o de la madre. hija. En otros casos viven formas de abuso o violencia doméstica y la cleptomanía les ayuda a obtener una compensación.

Este objeto ocupa un lugar de equivalencia con aquello que falta o es insuficiente para su estabilidad psíquica. Esta secuencia tiene una ganancia libidinal en su recorrido, tomando el objeto, guardándolo u escondiéndolo y observándolo. Gain ofrece una forma de restauración momentánea del equilibrio psíquico perdido.

El niño, niña o adolescente que sufre cleptomanía sabe que sus acciones son éticamente reprobables y aun así no logra frenar el impulso de tomar objetos que no le pertenecen.

Es importante abordar la cleptomanía en la infancia de manera compasiva y sin culpas (Getty)Es importante abordar la cleptomanía en la infancia de forma compasiva y sin culpas (Getty)

La formación de la ética en niños y niñas es un proceso paulatino que se desarrolla a lo largo de su maduración:

– A partir de 3 años Comienzan a desarrollar un sentido más consciente de las normas y reglas sociales. Aprenden a través de la interacción con sus compañeros y en contextos escolares. Aunque su comprensión de la ética sigue siendo limitada, comienzan a demostrar cierta empatía y comprensión de los sentimientos de los demás.

– Entre 6 y 12 añosLos niños continúan internalizando normas y valores éticos a través de la educación formal, la interacción social y el refuerzo de los adultos y desarrollan un sentido más profundo de justicia y pueden cuestionar las reglas y valores en busca de una mayor comprensión.

– En la adolescencia Comienzan a cuestionar y reflexionar más sobre cuestiones éticas y morales. Desarrollan un mayor sentido de autonomía y son capaces de explorar sus propios valores y creencias.

cual es el tratamiento

El tratamiento de la cleptomanía debe considerar sus causas subyacentes y abordarlas con compasión y ayuda profesional, evitando culpar al individuo por un síntoma más que por una cuestión ética, afirmó el especialista (Gettyimages)El tratamiento de la cleptomanía debe considerar sus causas subyacentes y abordarlas con compasión y ayuda profesional, evitando culpar al individuo por un síntoma más que por una cuestión ética, afirmó el especialista (Gettyimages)

La cleptomanía no es un problema ético, es un síntoma y como tal debe abordarse sin demora. El tratamiento de la cleptomanía siempre implica un espacio psicológico, que en el caso del psicoanálisis profundizará en las causas que hacen que el niño, la niña, el adolescente, llamen la atención de esta forma tan particular.

Es importante abordar la cleptomanía en la infancia de una manera compasiva y sin culpas.

También busque orientación de profesionales en el salud mental especializados en el tratamiento de trastornos infantiles, brindan ayuda a los familiares para que comprendan que no se trata de un problema ético o moral, sino más bien un síntoma que revela otros problemas subyacentes.

* Sonia Almada: es licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Máster Internacional en Derechos Humanos de la mujer y la infancia, género y violencia doméstica (UNESCO). Se especializó en niñez y juventud en América Latina (CLACSO). En 2003 fundó la asociación civil Aralma, que promueve acciones para erradicar todo tipo de violencia contra la niñez, la juventud y las familias. Es autora de tres libros: La chica deshilachada, Me gusta como soy y La chica del campanario.

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Source: pagasa.edu.vn

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