Gilda, muerte y resurrección: sus últimas horas antes de la tragedia y los porqués de un mito popular que no deja de crecer

Gilda, muerte y resurrección: sus últimas horas antes de la tragedia y los porqués de un mito popular que no deja de crecer

Decidió perseguir sus sueños y por eso fue inspiración para miles de mujeres. Se conmovía con su voz, sus canciones y su ternura, y por eso era querida por multitudes. Y hoy, 27 años después de su muerte, incluso la creen santa.

gildagilda

“Me gustaría no despedirme, pero debo irme; No llores, por favor no llores, porque me vas a matar…”

¿Premonición, señal, destino o pura coincidencia? Durante 25 años las letras de “No es mi despedida”, la última canción que escribió Gilda -y que Natalia Oreiro revitalizó desde su película biográfica- es repasado una y otra vez en busca de una respuesta a su trágica y esperada muerte, a los 35 años.

La madrugada del 7 de septiembre de 1996 Miriam Alejandra Bianchi perdió la vida tras trágico accidente en el kilómetro 129 de la Ruta 12, en la provincia de Entre Ríos, cuando el bus que la trasladaba a la localidad de Chajarí para dar un espectáculo chocó de frente con un camión. En el accidente también murieron su madre, su hija, tres músicos de su banda y el conductor. Esa noche, en la soledad del camino, bajo la lluvia, Gilda se convirtió en un mito y un estandarte para muchas mujeres que estaban llenas de sueños y no se atrevían a ir tras ellos.

La noticia fue portada de todos los medios y su rostro se multiplicó en camisetas y carteles pero también en cartulinas. Su figura, con ese halo de magia que impregnaba su canción final y las imágenes de su último disco, que la mostraba como una especie de santa con un vestido violeta y una corona de flores en la cabeza, mirando al cielo, Lo hizo magnético. ¿Por qué Gilda, una maestra de infantil reconvertida en cantante que hasta entonces no era tan mediática, causó tanto revuelo tras su muerte?

Gilda, en su último discoGilda, en su último disco

Corazón Valiente

Nació el 11 de octubre de 1961 en el barrio Villa Devoto, hija de un profesor de piano y un empleado público. En 1977, tras la muerte de su padre, tuvo que hacerse cargo de la familia: se graduó como maestra de nivel inicial y se casó Raúl Cagnin, fabricante de escobas y su novio de muchos años. Juntos tuvieron dos hijos, mariel y Fabricio. La postal para el mundo exterior era ideal: un matrimonio joven, emprendedor, de clase media y con dos hijos. Pero Miriam no estaba contenta: estaba por cumplir 30 años y aún le quedaba un sueño latente, así que decidió ir por más. O al menos inténtalo.

Todo empezó a cambiar la mañana que leyó un anuncio en el periódico solicitando vocalistas para un grupo musical. En ese departamento donde tuvo su primera audición conoció Juan Carlos totí Giménezcompositor y teclista de Ricky Maravilla, quien se convertiría en su manager, su socio y su amor. Junto a él, se gestaba el huracán: de la tímida Gil (como la llamaba su familia) al imparable huracán Gilda, en honor a Rita Hayworthel protagonista de la película del mismo nombre.

Miriam no sólo tuvo que cambiar su nombre, sino también su vida familiar y laboral, un cambio de 180 grados. Mientras colgaba el abrigo a cuadros en el armario para perseguir su sueño, Su matrimonio se estaba disolviendo: su marido nunca la apoyó en este nuevo proyecto. Corría el año 1994 y después de una década de una relación que se venía desgastando desde el preciso momento en que ella decidió iniciar su carrera artística a pesar de su negativa, se separaron de ella. Gilda se quedó en el departamento de Villa Devoto, con los niños, y su esposo regresó a casa de sus padres, terminando el proyecto de “familia feliz”.

Gilda cantando en Crónica TVGilda cantando en Crónica TV

Pero, tal como me temía en esos años de soledad en los que escribía temas individuales en un cuaderno que nadie veía, no fue un camino fácil. Nunca es fácil romper moldes y más para una mujer que pretende entrar en un ambiente machista. Otro gran obstáculo que tuvo que superar, pues en aquellos años la escena tropical todavía estaba dominada exclusivamente por hombres.

Una de las canciones más exitosas de su último álbum de estudio fue “Estabas”. El videoclip fue grabado en una mansión de Palermo y, a pesar del éxito que obtuvo, Gilda no quedó satisfecha con el resultado que finalmente se vio en pantalla. “En realidad, ella no dijo lo que yo quería que contara este video”, se lamentó en una entrevista en ese momento. Porque me mostró como el malo de la películapero en realidad la canción se refería a todo lo contrario: al maltrato por parte del otro y al abuso de uno. Cuando uno dice: ‘Bueno, hasta ahí voy, no puedo estar con alguien que me maltrata, que me martiriza, que no me toma en cuenta, que me hace esclavo de sus caprichos y no me hace caso’. No me respetas. El problema ocurrió allí. Y el vídeo en realidad vendió todo lo contrario. Ella vendió que yo era quien me hacía enojar y Yo fui quien dijo basta. Y el otro lo mostró débil”.

Para entonces, Gilda ya había formado pareja con su director musical, Toti Giménez, y entre los dos escribieron letras y música de las canciones que muchas veces hablaban de su propia experiencia. Y la realidad es que, aunque la cantante en aquel momento no sabía lo que significaba el feminismo, muchas mujeres se sintieron identificadas por su decisión de atreverse más y superar prejuicios.

Incluso realizó su espectáculo en prisión. ¿Quién no ha bailado alguna de sus canciones en una fiesta? Durante su vida publicó seis álbumes, pero su labor póstuma fue mucho mayor: desde 1997 hasta la actualidad se editaron más de dos docenas de álbumes, entre recopilaciones y reediciones.

La última noche

La flamante pareja se mostró infalible en su lado artístico: Pronto no sólo conquistaron la escena tropical sino que llevaron su música a Bolivia, Perú y volaron las salas de baile de todo el país con múltiples shows cada fin de semana. Según se supo tiempo después, a través de entrevistas con sus allegados, El cuerpo de Gilda iba registrando hasta la madrugada el cansancio de aquellos intensos días de giras y presentaciones. Y ella le hizo saber.

Gilda junto a su última pareja, Toti Giménez, durante una gira que hicieron en Bolivia Gilda junto a su última pareja, Toti Giménez, durante una gira que hicieron en Bolivia

Según la revista Ahora En noviembre de 1997 -un año después de la muerte de la cantante-, “Gilda había comenzado a sufrir de alergias que no la dejaban en paz. Tenía graves problemas renales y una rara enfermedad que afectaba sus pies: se llenaban de llagas y sangraban hasta el punto que tener que estar de pie se convertía en un suplicio.. Sin embargo, en los espectáculos nadie sabía de sus dificultades, aunque en el autobús, entre una actuación y otra, tenía que cámbiate los calcetines y los zapatos para que no se vean las manchas de sangre.”.

“’Dormí un rato y luego tomamos mate’ fue lo último que me dijo. Me quedé dormido. Y cuando abrí los ojos, tenía un techo amarillo encima y podía escuchar gritos”.Giménez recordaría aquella trágica noche. Debido a las heridas que sufrió, estuvo internado durante varios meses sin saber qué había pasado con Gilda. “Nunca pensé que ella podría morir, nunca se me pasó por la cabeza. Amigos, compañeros murieron, éramos verdaderamente una familia”, dijo Toti, casi entre lágrimas.

Desde ese día, las muestras populares de agradecimiento y cariño hacia Gilda no han cesado. Muchos de sus fans le atribuyen su condición de santa. y mucha gente afirma que se les apareció en sueños y que incluso se curaron con su música. Aunque sus restos reposan en el Cementerio de Chacarita, sus seguidores instalaron un santuario al costado de la vía donde ocurrió el fatal accidente. Allí dejan flores, rosarios, cartas y fotografías. Mito o realidad, sus canciones y su voz llena de carisma y cotidianidad, sin duda, llegan más allá de este plano.

gildagilda

gilda

Categories: Últimas Noticias
Source: pagasa.edu.vn

Leave a Comment