Como jugar: una forma natural de aprenderDaniel Abad Gonzales, psicólogo y profesor de la UPC, destaca que todo lo que hacemos genera aprendizaje, incluido el juego.

El juego nos permite potenciar una serie de variables personales que nos ayudan a ser competentes – crédito Andina

Una de las acciones más naturales del ser humano es juego. Al inicio de nuestra vida jugamos a reconocer nuestro cuerpo, a relacionarnos con los demás y a explorar el entorno inmediato en el que vivimos; para luego adaptar esta actividad a las características y necesidades de cada una de nuestras etapas de la vida, siendo un herramienta de adaptación y desarrollo.

¿En qué momento dejamos de jugar?

Dejamos de jugar cuando como sociedad malinterpretamos la acción del juego, cuando la valoramos por debajo de otras acciones porque son “más importantes”, como estudiar o aprender; sin considerar eso Todo lo que hacemos genera aprendizaje, incluido el juego. grave error, ya que el juego Es una actividad que promueve la colaboración (sentido y habilidades sociales), el desarrollo cognitivo (capacidad de resolución de problemas, creatividad, análisis y síntesis, desarrollo del pensamiento), el desarrollo afectivo (reconocimiento y regulación de las emociones y tolerancia a la frustración) y el desarrollo moral ( reconocimiento y respeto de las normas, diferenciación entre el bien y el mal, etc.).

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En conclusión, el juego Nos permite potenciar una serie de variables personales que nos ayudan a ser competentes, no sólo en la infancia sino a lo largo de la vida; ¿y? Facilitan nuestra capacidad de aprender.

El proceso de aprendizaje en la escuela, instituto o universidad muchas veces se ve afectado porque sigue un patrón demasiado artificial – crédito Andina

juego y aprendizaje

Todo proceso de aprendizaje formal es básicamente una experiencia de interacciones que se basa en reglas, deberes y derechos según los roles de cada participante y que tiene objetivos claramente delimitados. ¿No suena muy parecido a la estructura de un juego?

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El proceso de aprendizaje en la escuela, instituto o universidad muchas veces se ve afectado porque sigue un patrón demasiado artificial (entendamos esto como un esquema alejado de la forma natural en la que exploramos, investigamos y aprendemos): excesiva congestión, separación con el campo de intereses y los símbolos que representan el mundo del educando, sumado a la distancia emocional con los profesores y reglas rígidas; generan una experiencia de aprendizaje difícil de vivir (por muy complejo o no que sea el contenido a aprender), frustrante porque no se percibe como constructivo o positivo (evaluaciones punitivas que se centran única y exclusivamente en el resultado final, desconociendo la riqueza del proceso) y poco motivadores ya que en la mayoría de los casos, los procesos bajo este esquema no enfatizan la utilidad de lo que se va a realizar. aprender para la vida diaria y práctica de los estudiantes.

El esfuerzo debe dirigirse a sensibilizar sobre la facilitadores de aprendizaje sobre la necesidad de centrarse en la forma más efectiva de enseñar que se complemente con la forma más efectiva de aprender (recuerde que el proceso se llama enseñanza-aprendizaje), de esta manera será mucho más factible que los aprendices asuman la responsabilidad que durante décadas no se les ha permitido asumir conscientemente: la responsabilidad de aprender.

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Abrir al juego el proceso de enseñanza-aprendizaje generará un entorno más atractivo y motivador en el que se favorezca no sólo el desarrollo de la creatividad y las variables antes mencionadas, sino también de elementos psicológicos fundamentales para aprender y aprender a aprender. : autoeficacia académica (percepciones sobre las propias capacidades y destrezas para aprender. Cuanto más capaz alguien se percibe para aprender, mayor será la probabilidad de éxito en lograrlo) y compromiso académico (estado de bienestar que experimenta el alumno mientras vive el proceso que le permite utilizar toda su energía, concentración y motivación para aprender).

Debemos regresar a la forma natural en que aprendemos. Jugar, explorar (investigar), probar alternativas, imitar conductas (y recibir instrucción y retroalimentación); en el contexto que conocemos, sobre lo que nos interesa (la tarea docente de facilitar el aprendizaje debe acercar los contenidos a aprender al mundo del educando); sin temor a equivocarse, despreocupado por una calificación (si bien es cierto, las calificaciones son importantes porque describen una actuación, no son tan importantes como para definir a una persona), disfrutando el proceso y conectar con la experiencia de aprender. Como cuando éramos niños, naturalmente, nos gusta jugar.

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Source: pagasa.edu.vn