¿Cómo fue el robo secreto del cuadro de Videla antes de que Néstor Kirchner ordenara su destrucción?

"El cuadro", de Joaquín Sánchez Mariño y Julián Zocchi, cuenta la historia del robo secreto de la imagen de Videla que Néstor Kirchner ordenó sacar del Colegio Militar en 2004. “El cuadro”, de Joaquín Sánchez Mariño y Julián Zocchi, cuenta la historia del robo secreto de la imagen de Videla que Néstor Kirchner ordenó sacar del Colegio Militar en 2004.

El 24 de marzo de 2004, el entonces presidente argentino Néstor Kirchner ordenó bajar El cuadro de Jorge Rafael Videla. del Colegio Militar de El Palomar en un acto considerado fundacional para el kirchnerismo. Pero pocos saben que, en realidad, la imagen del presidente de facto de la última dictadura era una réplica: el original había sido robado la noche anterior por un grupo de cadetes.

Así lo cuentan en su nuevo libro, Imagenel escritor y periodista de Infobae Joaquín Sánchez Marino -quien fue corresponsal de guerra en Ucrania y cubierto desde Haití, Rusia y Egipto, entre otros países- y el periodista y editor julian zocchi.

Editado por Planeta, Imagen Se trata de una investigación sobre los motivos que llevaron a este grupo de jóvenes de entre 19 y 22 años a realizar esta operativo secreto, pero también sobre el paradero del original, que se creía perdido. ¿Lo hicieron solos? ¿Hubo alguien de alto rango en la jerarquía militar detrás del robo? ¿Cómo lograron guardar el secreto durante tanto tiempo?

Los autores escriben: “Durante casi dos décadas nadie estuvo seguro de si este robo finalmente se llevó a cabo o no, todo quedó oculto detrás de la efectiva imagen de Bendini retirando el famoso cuadro. Pero un día de 2020, uno de esos cadetes (hoy militar en servicio) quiso hablar. Este libro es la historia de esa confesión, una crónica de un robo del que nadie sabía nada¿Pero qué pasó?”

Así comienza “La Imagen”

"El cuadro", de Joaquín Sánchez Mariño y Julián Zocchi, editado por Planeta. “El cuadro”, de Joaquín Sánchez Mariño y Julián Zocchi, editado por Planeta.

1. La historia

24 de marzo de 2004, El Palomar, Colegio Militar Nacional. Néstor Kirchner ordena a su jefe de gabinete que vaya a estudiar el estado de ánimo antes del inicio del acto. Alberto Fernández cumplir.

“Hola, ¿cómo estamos?” – La saluda con una sonrisa forzada.

Estamos equivocados, estamos equivocados… —el que habla con tono dramático es el ministro Jose Pampuro.

“¿Qué pasó, Pepe?”

—Aquí estamos discutiendo con Bendini que descarga el cuadro —responde el encargado de Defensa.

“Y bájala, Pepe”, dice Fernández, como si no viera el problema.

“Pero escúchame. Si el cuadro lo bajo yo, nunca volveré al ministerio..

“¿Y usted, general?” —Fernández gira la cabeza y mira Roberto Bendinijefe del Ejército.

—Y bueno… a mí me cuesta, porque para mis camaradas es un tema complicado. Finalmente, más allá de lo que hicieron como presidentes, están aquí por haber sido directores del Colegio Militar —se disculpa.

Eran dos asesinos, ¡a quién le importa lo que fueran antes! ¿Qué hacemos entonces? ¿Le decimos que se lo lleve al ayudante de campo?

“Bueno, es un tema difícil”, insiste Pampuro.

—Deja de joder, averigua quién descarga el cuadro. Lejos de lo que sientes, pasarán a la historia.

En medio de la conversación, se abre la puerta de la sala y aparece el presidente Néstor Kirchner.

“¿Que está pasando aqui?” -preguntar.

“Estamos viendo quién baja el cuadro”, responde Fernández.

-¿Cuál es el problema? Es descargar un cuadro”, dice entonces Kirchner, y hace un gesto con las manos como sacudiendo el aire.

No hay respuestas. Kirchner insiste.

Sánchez Mariño y Zocchi escriben: "Durante casi dos décadas nadie estuvo seguro de si finalmente este robo se llevó a cabo o no, todo quedó escondido detrás de la imagen real de Bendini quitando el famoso cuadro".  (Ale Guyot-Planeta)Sánchez Mariño y Zocchi escriben: “Durante casi dos décadas nadie estuvo seguro de si finalmente este robo se llevó a cabo o no, todo quedó escondido detrás de la imagen real de Bendini quitando el famoso cuadro”. (Ale Guyot-Planeta)

—El problema es ¿quién descarga el cuadro? ¡Que lo derribe el jefe del ejército! Bendini, escúchame, subiste y baja a Videla desde allí quedarás en la historia. ¿O no te atreves?

Kirchner se da vuelta y se va sin esperar respuesta.

Los tres guardan silencio, pero piensan en escenarios completamente diferentes. Fernández considera que la situación está resuelta, Bendini finalmente entiende su destino y Pampuro sigue sin saber quién va a descargar el cuadro, acostumbrado a que Kirchner le gaste bromas con cada asunto delicado que aparece.

Unos minutos después salen de la habitación y comienza. El acto que muchos consideran el momento fundacional del kirchnerismo.: el presidente dice “Continúen” y Bendini sube dos escalones y baja el cuadro de Videla del Colegio Militar. desde ese minuto Los derechos humanos se convertirán en una bandera clave en el gobierno. y se inaugurará el movimiento popular más importante de la historia reciente de Argentina.

Pero esta historia tiene un lado ocultoque había comenzado unos días antes, en esa misma galería repleta de cuadros, cuando un grupo de cadetes del Colegio Militar, aspirantes a oficiales del Ejército, se reunieron en secreto y organizaron el robo de ese cuadro que —ellos sabían— Néstor Carlos Kirchner planeaba bajar.

Durante casi dos décadas nadie estuvo seguro de si finalmente aquel robo se cometió o no, todo quedó oculto tras la efectiva imagen de Bendini quitando el famoso cuadro. Pero un día de 2020, uno de esos cadetes (hoy militar en servicio) quiso hablar. Este libro es la historia de aquella confesión, la crónica de un robo del que nadie sabía nadapero qué pasó.

Un puñado de jóvenes de entre 19 y 22 años realizaron una rápida operación la víspera del suceso del 24 de marzo y Robaron de la galería la imagen de Jorge Rafael Videla. Lo que hicieron con él será parte de esta investigación, así como cómo jugaron el resto de los actores para que, un día después, el problema quedara oculto y hubiera un cuadro para descargar. El primer misterio se resuelve rápidamente: el cuadro que Bendini descargó para esa foto histórica era una réplica. En ese preciso momento se perdió el original y sólo meses después alguien lo recibió en su casa. Todo lo demás está ordenado en las páginas siguientes.

Roberto Bendini, jefe del Ejército, fue el encargado de desmontar el cuadro de Videla por orden del presidente Néstor Kirchner. Roberto Bendini, jefe del Ejército, fue el encargado de desmontar el cuadro de Videla por orden del presidente Néstor Kirchner.

2. Un encuentro

El oficial tiene más o menos nuestra edad, probablemente entre 37 y 42 años. Abre un paquete de Marlboro. Saca una cerilla de una caja y con técnica muy de macho alfa raspa la cabeza de azufre rojo contra el borde de vidrio esmerilado. La pose nos recuerda a “Cinema Verité”, canción de Serú Girán. La cerilla suena como si hubiera encendido una bengala en el silencio de Un Buenos Aires autónomo por la pandemia del coronavirus. El encuentro se produce en esos días en los que poco a poco los bares reabrieron.

El tema de la reunión es claro. Y surge una pregunta sencilla: entender con quién estamos hablando.

—¿Y qué opinas de lo que hizo Videla?

Creo que el tipo agarró una olla caliente y la situación se salió de control..

El oficial saca el teléfono del bolsillo del pantalón y lo apaga. El dispositivo tiene algunos años y tarda en reaccionar.

“Acerquémonos a la fuente”, dice. Antes, cuando hablábamos de algo confidencial, se podía sacar la batería… cosas militares —completa, inmerso en su juego de espías.

Nos sentimos como si estuviéramos en una novela de los años ochenta, antes del final del siglo. Guerra Fría. La ciudad vacía se convierte en un elemento clave de este paisaje surrealista. Pero el tipo tendrá sus motivos para desconfiar: si sus acciones salieran a la luz, su carrera militar podría estar en juego.

“Por eso te digo, Si hubieran blanqueado donde pusieron a los muertos, se acabaría todo el quilombo continúa, convencido de una teoría que claramente quiere hacernos saber.

Antes de la reunión teníamos unas pautas claras: lo íbamos a dejar hablar y no podíamos cruzarlo con posiciones personales. Cuando termina su teoría ambos nos miramos, pero apenas movemos los ojos. Trabajamos durante meses para llegar a este momento.

El oficial sigue hablando y no deja de fumar. Siempre toma el cigarrillo con el dedo índice y el pulgar de la mano derecha.

“Es una locura que nos hayamos topado hoy”, dice uno de nosotros para romper el hielo.

“Sí, menos mal que a este no se le ocurrió llamarnos”, responde, con rápidos reflejos, sabiendo de qué estamos hablando.

Cuando dice “esto” se refiere al presidente, Alberto Fernándezque a estas alturas ya agotan unos cuatrocientos días de su mandato.

“¿Y qué hubieran hecho si los hubiera llamado?”

—Nooo… no hubiésemos ido. No íbamos a tirar una mierda con la policía por estos zurdos.

El azar dictó que esa misma noche, mientras nos reuníamos con uno de los jefes de un robo que permaneció oculto durante casi veinte años, un robo que remite al pasado más oscuro y que al parecer sigue oculto, latente en algunos estratos de la sociedad, la Policía Bonaerense rodeará la Quinta de Olivos con el presidente adentro para exigir mejores condiciones laborales. Chance también dispuso que eduardo duhaldeJusto ese día, dijo eso. Existía la posibilidad de un nuevo golpe de Estado en Argentina.. Y finalmente decretó que durante esa noche oscura y solitaria en medio del encierro, junto a una fuente, encendiendo nerviosamente una y otra vez cigarrillos, el hombre que quería rescatar de la historia la figura de Jorge Rafael Videla nos confesaría todo. .

¿Quién es Joaquín Sánchez Marino?

♦ Es periodista y escritor.

♦ Publicó libros como Mi tonto, ansioso, equivocado y la novela de otra persona.

♦ Cubierto desde Ucrania, Haití, Mozambique, Rusia, Egipto, Mongolia, India y Myanmar, entre otros países.

¿Quién es Julián Zocchi?

♦ Es periodista y editor.

♦ Colaboró ​​en medios como Infobae y Diario Crónica.

♦ Actualmente es redactor de la sección Deportes de Clarín.

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Source: pagasa.edu.vn

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