Unirse a los BRICS dejará a Argentina sin Inteligencia Artificial. Para nuestro país, aliarse con Beijing y su entorno sería hipotecar su acceso al futuro.

Unirse a los BRICS dejará a Argentina sin Inteligencia Artificial.  Para nuestro país, aliarse con Beijing y su entorno sería hipotecar su acceso al futuro.

Los líderes del bloque BRICS - Europa Press/Contacto/Li Xueren
Los líderes del bloque BRICS – Europa Press/Contacto/Li Xueren

introducir el BRICOScomo cualquier organización multilateral, tiene un precio. Si el país aceptara convertirse en miembro a partir de 2024, el resultado sería más pobreza. A cambio, recibirá el título de socio de los principales violadores masivos de derechos humanos.

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Primero, está la cuestión de los intereses vitales de Argentina.

Irán Tiene un gobierno vinculado a la violencia. Así, estuvo involucrado en dos atentados en Buenos Aires, dejando más de un centenar de víctimas. Mientras tanto, encubre a los sospechosos de estos ataques. Además, ese gobierno quitó los derechos a las mujeres y castiga la homosexualidad, a veces con la muerte.

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Queda la pregunta de hasta qué punto la participación argentina en los BRICS acompañaría las acciones internacionales de Teherán. Y, en consecuencia, cómo sería el perfil de un país en un mundo donde la neutralidad dejara de existir. Esto se evidencia en la ruptura pragmática de sus tradiciones diplomáticas entre varios países, especialmente Suecia y Finlandia, nuevos miembros de la OTAN.

Por lo tanto, incluso los más fundamentalmente neutrales ya han visto que En el mundo la neutralidad es el desierto.

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Por otro lado, la lección más obvia de la guerra en Ucrania es que Rusia no tiene la capacidad militar para luchar con el rezagado equipo de la OTAN. Y China no estaría mucho mejor, veremos por qué.

Ante este escenario, la neutralidad de Argentina hoy es comparable a la que tuvo el país en la Segunda Guerra Mundial. Discursivamente conveniente, políticamente estúpido y con consecuencias negativas concretas que persisten hasta el día de hoy: el mundo leyó la “neutralidad” argentina como simpatía nazi. Lo más lamentable es que esta lectura es correcta.

El hecho indiscutible es que en términos de poder militar, Estados Unidos una vez más manda, y lidera porque hoy en día la tecnología militar y la inteligencia artificial están integradas -Ésa es la lección más sutil de Ucrania. Así, Rusia, China, Irán y sus aliados están fuera de ese juego ya que han apoderado su acceso a esta tecnología. China quedó sin posibilidad de obtener las armas ni los suministros para la próxima revolución militar y económica.

Sin espacio para ser “no alineados” políticamente, la economía es la otra mitad del problema.

Los BRICS son un foro de países en desarrollo unidos por la mendicidad ante una China que hace de patrón. Sin embargo, Beijing ampliará el grupo de mendigos a medida que su producción continúe su declive a largo plazo.

El mundo debate si hemos superado el punto de máximo poder del país asiático. Entonces, El asunto BRICS dejaría a Argentina aliada de una economía que pierde vitalidaden detrimento de un Occidente cada vez más dinámico.

Y la clave del futuro económico y militar reside en la chips occidentales para inteligencia artificial. Estos surgieron después de procesos de investigación que comenzaron hace unas tres décadas. Antes China era un actor tecnológico relevante. Estos semiconductores impulsan el desarrollo y la producción de bienes y servicios con niveles de eficiencia inalcanzables para quienes no tienen acceso a estas tecnologías. Y las empresas que controlan esta cadena de producción, ASML, TSMC y NVIDIA tienen prohibido vender sus productos de última generación en China.

En suma, el gigante asiático no tiene forma de obtener tecnología contemporánea. Lo único que posee son generaciones obsoletas e irrelevantes a nivel industrial y militar.

Así, quienes se identifican como enemigos de Occidente pierden el acceso a las nuevas generaciones de chips, como demuestra hoy el embargo contra China. Para Argentina, aliarse con Beijing y su entorno sería hipotecar su acceso al futuro.

Desde la combinación de satélites y algoritmos para monitorear la agricultura en la Pampa Húmeda hasta aplicaciones en medicina para aumentar el éxito contra el cáncer, los cambios que se avecinan alcanzarán la producción, la salud y la forma de vida.

En conclusión, alinearse con China es alinearse con el pasado. Beijing, como centro de poder, dejó de existir. Las anclas políticas y económicas se hacen con el futuro o con el fracaso. Las cosas como son.

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Source: pagasa.edu.vn

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