Lujos inconcebibles en la Provincia de Buenos Aires No es inviable, ni fiscal ni productivamente; Tiene todo para iniciar un verdadero desarrollo que mejore la calidad de vida de los bonaerenses. Para ello se necesita una macroeconomía estable y una buena gestión provincial.

Lujos inconcebibles en la Provincia de Buenos Aires No es inviable, ni fiscal ni productivamente;  Tiene todo para iniciar un verdadero desarrollo que mejore la calidad de vida de los bonaerenses.  Para ello se necesita una macroeconomía estable y una buena gestión provincial.

Un trabajador agrícola revisa una sembradora.  Lejos de ser inviable, la provincia de Buenos Aires tiene potencial si organiza su situación macroeconómica.  REUTERS/Matías BagliettoUn trabajador agrícola revisa una sembradora. Lejos de ser inviable, la provincia de Buenos Aires tiene potencial si organiza su situación macroeconómica. REUTERS/Matías Baglietto

Los bonaerenses no podemos darnos el lujo de seguir perdiendo el tiempo. La pobreza en la Provincia alcanza a más del 45% de la población6 de cada 10 niños son pobres, el 63% de los estudiantes de secundaria estatal están por debajo del nivel básico de matemáticas y la inseguridad no nos permite salir en paz de nuestra casa.

Luciano GonzálezLe puede interesar: El muñeco negociador de Kicillof, el talento preferido de los acreedores de Argentina

Estos problemas son consecuencia de una macroeconomía completamente inestable, con inflación desbordada y estancamiento económico durante más de una década, y también Un sistema de coparticipación claramente injusto para los bonaerenses. (La PBA aporta el 35% del PIB nacional y recibe el 23% de los recursos).

Pero a estos problemas estructurales ajenos a la “botonera” provincial, se suma una gestión sin obras ni cambios estructurales que, a pesar de los cuantiosos fondos nacionales discrecionales recibidos, acumula más estructura política, más déficit, más deuda y más impuestos distorsionantes que afectan la producción (ingresos brutos y sellos). Es decir, una mala gestión que no sólo no compensó los problemas macroeconómicos y estructurales de la PBA, sino que los agravó.

Le puede interesar: Representantes que no representan

La Provincia pasó de tener superávit fiscal primario un 0,5% del Producto Geográfico Bruto (PIB) en 2019 para presentar un déficit del 0,2% del PIB en 2022. El deterioro se explica por un aumento del gasto primario del 14% en términos reales en el mismo período, impulsado por la mayor gasto en planes sociales, subsidios, personal, bienes y servicios y empresas públicas y pese a que en el mismo período el gobierno de Kicillof fue beneficiario de grandes transferencias discrecionales del gobierno nacional. Con estos nuevos fondos, en lugar de apoyar una gestión fiscal sostenible, consolidar un superávit primario y/o aumentar la inversión (la brecha de infraestructura en la PBA es enorme) y/o reducir la presión de los impuestos distorsionadores, El gobierno de Kicillof aumentó el gasto sin mejorar la vida de los bonaerenses.

El gobernador de Buenos Aires, Axel KicillofEl gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof

Contrariamente a la petición de la sociedad de cambiar el uso de los recursos públicos y reducir las “castas”, En la PBA se incorporaron casi 60.000 empleados al Estado provincialun aumento del 10% desde finales de 2019. Aún más preocupante es el aumento del personal político: el universo de subsecretarios, direcciones provinciales y direcciones de línea se expandió un 70% desde 2019, pasando de poco más de 1.100 a casi 1.900. El aumento de la plantilla política equivale a más de $10.000 millones anuales, que en 4 años se podría haber aprovechado para construir, por ejemplo, 2.300 nuevas habitaciones de hospitalización. Faltan servicios públicos de calidad porque hay demasiada estructura política.

Le puede interesar: Endeudarse y controlar la brecha, el peligroso juego del candidato que le ganó al ministro

Aunque no lo asuman (los deudores siempre son otros), Si hay déficit, hay deuda. Por ello, la deuda aumentó en más de 300 millones de dólares vs. 2019, reestructurando mediante, hasta alcanzar los 11.211 millones de dólares en 2022. Pero, además, el daño reputacional provocado por la prolongada reestructuración de la deuda provincial en 2020-21 mantiene la Los mercados de crédito voluntarios se cerraron para la Provincia y será un desafío para la próxima gestión que deberá afrontar el grueso de los pagos de la deuda reestructurada.

Por el lado de los ingresos, la presión fiscal aumentó en impuestos distorsionantes e invisibles como Ingresos Brutos y Sellos (+10% real 2022 vs. 2019, por la suspensión de la reducción de tasas acordada en el Consenso Fiscal 2017) y cayeron en inmuebles (-6% real 2022 vs. 2019 ), que son los más progresistas. Es decir, populismo fiscal que respeta el Manual K pero limita la producción.

Lo más paradójico de haber canjeado un superávit por un déficit sin obras relevantes es que ese deterioro fiscal se produjo a pesar de que la Provincia se convirtió en la niña mimada del gobierno nacional con transferencias discrecionales un 63% superiores a las de 2019 (la PBA representa el 42% de ellos en lo que va de 2023 vs. 31% en 2019). Es decir, no faltó dinero. Pero a diferencia de la recuperación del Fondo Conurbano en 2017, el aumento de los ingresos de la Nación fue 100% discrecional y los bonaerenses no podrán descansar contando con esos fondos en el futuro. No es un desafío pequeño considerando que Uno de los candidatos presidenciales promete eliminar transferencias discrecionales a las provincias. (representan el 20% de los recursos de la PBA, la motosierra afectaría directamente a los bonaerenses).

La provincia de Buenos Aires no es inviable, ni fiscalmente ni mucho menos productivamente; Tiene todo para iniciar un verdadero desarrollo productivo que mejore la calidad de vida de los bonaerenses. Para ello se necesita una macroeconomía estable, pero también una buena gestión provincial.

El excedente no es una utopía (se logró en 2018 y 2019), el gasto puede y debe estar dirigido a proporcionar bienes y servicios públicos de calidad; se puede recuperar la inversión pública destinada a mejorar rutas, caminos rurales, escuelas, etc.; La presión tributaria se puede bajar como se hizo tras la firma del Consenso Fiscal de 2017; Se pueden simplificar los trámites que obstaculizan a las empresas y empresarios; Se puede reducir el costo de la política (como mínimo bajando los 800 cargos políticos incorporados en la actual administración).

No son cambios imposibles, pero son cambios que no pueden esperar. No podemos darnos el lujo de seguir postergando el desarrollo de la provincia de Buenos Aires con gobiernos que prioricen, por ejemplo, la creación de cargos políticos. o elegir nuevos que propongan políticas inconsistentes (tener cero transferencias discrecionales de la Nación, aumentar los salarios públicos y bajar impuestos, todo al mismo tiempo). No podemos seguir creyendo que las bravuconadas en televisión no tienen consecuencias, el fallo de YPF que le costaría a los argentinos USD 16.000 millones dejó claro que la incompetencia y la imprudencia de los gobernantes sale cara.

provincia de Buenos AiresdeudaProducto Geográfico BrutoAxel Kicillof

Categories: Últimas Noticias
Source: pagasa.edu.vn

Leave a Comment