Fumar se asocia con mayor riesgo de depresión y trastorno bipolar: tres teorías que lo explican

Un informe reciente demostró que puede provocar enfermedades mentales y aumentar la probabilidad de hospitalización en un 250%. Cómo afecta el tabaco al cerebro y a la producción de ciertos neurotransmisores

Si bien las cajas de cigarrillos muestran advertencias sobre enfermedades pulmonares y otros problemas de salud, todavía es necesario ser conscientes de la conexión entre fumar y las enfermedades mentales (Getty)Si bien las cajas de cigarrillos muestran advertencias sobre enfermedades pulmonares y otros problemas de salud, todavía es necesario ser conscientes de la conexión entre fumar y las enfermedades mentales (Getty)

Hace mucho tiempo, el cigarrillo era el compañero inevitable de los héroes del cine, e incluso se mostraba a médicos fumando en los hospitales en películas y anuncios. Sin embargo, desde hace años sabemos con seguridad que Fumar es perjudicial para la salud.

En los últimos años, cada vez más investigaciones han indicado una fuerte correlación entre el tabaquismo y las enfermedades mentales (Getty)Te puede interesar: Fumar podría aumentar el riesgo de depresión y trastorno bipolar, según estudio

Vivimos una época en la que esta conciencia se expresa en las advertencias que se encuentran en los envoltorios de las cajetillas de cigarrillos en forma de imágenes que advierten, por ejemplo, de enfermedades pulmonares muy graves o en la prohibición de fumar en todo momento. más espacios. Pero la advertencia sigue siendo fundamentalmente sobre las enfermedades orgánicas que seguimos conceptualizando como algo separado del individuo (concebido como un todo).

Lo que no está tan claro para el público en general es su correlación con el mayor riesgo de enfermedad mental. De hecho, todavía existe una cierta sensación de que actúa como una ayuda contra, por ejemplo, la estrés a diario.

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La literatura médica de los últimos años presenta, sin embargo, un gran número de publicaciones referidas a la correlación entre la de fumar y el enfermedades mentales. Así, por ejemplo, en un estudio examinó la correlación entre la prevalencia del consumo de tabaco, en individuos con diferentes patologías o frente a aquellos sin patología diagnosticada.

Entre las hipótesis sobre cómo el tabaco afecta la salud mental se encuentran causas genéticas, procesos inflamatorios cerebrales y alteraciones en la producción de serotonina (Getty Images)Entre las hipótesis sobre cómo el tabaco afecta la salud mental se encuentran causas genéticas, procesos inflamatorios cerebrales y alteraciones en la producción de serotonina (Getty Images)

Un interesante trabajo canadiense reciente de Balbuena y otros colaboradores, en colaboración en particular con Doug Speed ​​​​del Centro de Genética Cuantitativa y Genómica de la Universidad de Aarhus, lo señala de manera concluyente en 350.000 muestras (datos ingresados), en términos estadísticos muestra la correlación entre el tabaquismo y la esquizofrenia, pero en particular, la depresión y el trastorno bipolar.

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Este trabajo muestra claramente, con datos, que fumar causa enfermedades mentales y que fumar aumenta la riesgo de ser hospitalizado por enfermedad mental en un 250%.

Uno de los elementos que se determinó es que el tabaquismo precedió al diagnóstico de estas patologías. Así, la media de inicio en el tabaquismo fue a los 17 años, mientras que la media en la que ingresaron en unidades psiquiátricas fue alrededor de los 30 años.

Big data y psiquiatría

La investigación también sugiere un componente genético importante en la predisposición a fumar y su conexión con las enfermedades mentales (Getty)La investigación también sugiere un componente genético importante en la predisposición a fumar y su conexión con las enfermedades mentales (Getty)

El estudio de la correlación genética Necesitaba un volumen significativo de datos para que Doug Speed ​​​​y su equipo respondieran la pregunta de si fumar puede causar trastornos mentales. Esto se debe a que las razones pueden ser múltiples y la muestra tuvo que ser seleccionada cuidadosamente. Entonces se pusieron en contacto con el Biobanco del Reino Unido, una de las bases de datos de información sobre salud humana más grandes del mundo que contiene datos genéticos de más de medio millón de personas. Así, se pudieron establecer cruces de datos respecto de múltiples variables relativas, por ejemplo, costumbres de vida, hábitos, nivel social, etc. Todo ello permitió abordar la variable temporal en la que se evidenció que el tabaquismo precedió a la manifestación de la patología.

Así postularon la correlación genética y vieron, por ejemplo, en un ejemplo clásico de la investigación estadística en genética, el que compara gemelos que han crecido en hogares separados, que la incidencia del factor genético era significativa (43%). Esta variable evidentemente aumentaba si en el ambiente en el que se encontraban, por ejemplo, los padres adoptivos fumaban, y éste superaba a aquellos en los que los padres biológicos no fumaban.

La conclusión fue que, a pesar de la carga genética, la carga social, que hoy llamaríamos epigenética, predominaba y por tanto estos portadores de genes ligados a la posibilidad de desarrollar tabaquismo presentaban un menor consumo de tabaco, y sobre todo una menor incidencia de enfermedades mentales. Esto aísla el factor tabaco como correlación, para no establecer una relación estadística causal con la depresión y la bipolaridad.

El estudio realizado en Canadá también ha establecido una relación entre el tabaquismo y enfermedades como la esquizofrenia (Getty)El estudio realizado en Canadá también ha establecido una relación entre el tabaquismo y enfermedades como la esquizofrenia (Getty)

Las diferentes hipótesis

¿Cómo se relacionan entonces el cerebro, el tabaco y la salud mental? Hay tres teorías: una es correlación genética eso podría estar en la base de un trastorno común. Sin embargo, quizás lo más interesante es que fumar genera un proceso inflamatorio en el cerebrolo que a largo plazo puede dañar partes de este órgano y provocar diversos trastornos mentales.

La tercera teoría sobre la causa de esta correlación es que la nicotina puede dañar el cerebro al inhibir la absorción de serotonina en el cerebro. La nicotina activa la producción de serotonina en el cerebro y esto podría inhibir sus propios mecanismos. Esto modificaría el metabolismo de la serotonina, lo que implicaría el uso de dosis más altas y, eventualmente, produciría el efecto contrario como ansiedad, agitación e inestabilidad.

La constatación de este trabajo – que el inicio se produce alrededor de los 17 años – hizo que los investigadores se preguntaran si no debería aumentarse la edad de venta y consumo. Esto es particularmente cierto en un mundo en el que el uso de sustancias increíblemente peligrosas, como las drogas de diseño, están empezando a entrar libremente en el mercado mundial.

En resumen, como comenzamos diciendo, todos sabemos de qué se trata, fumar es peligroso para la salud, estos trabajos no hacen más que confirmar que, con especial énfasis en que este peligro no es virtual, sino que puede ser una pesada carga para el resto de vida en forma de enfermedad mental.

*El Dr. Enrique De Rosa Alabaster se especializa en temas de salud mental. Es psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico forense.

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Source: pagasa.edu.vn

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