Elena Medel y su escritura, encarnada desde “una voz radicalmente femenina”

La escritora española Elena Medel, participante en agosto de la Residencia de Escritores Malba (Foto: Alejandro Guyot - cortesía Malba)La escritora española Elena Medel, participante en agosto de la Residencia de Escritores Malba (Foto: Alejandro Guyot – cortesía Malba)

“La poesía es una forma de memoria. Contiene cuánto hemos vivido y cuánto viven quienes lo leen”, afirma. Elena Medellín en su poema “Duda técnica”. Medel, una joven escritora española, explora en sus textos la relación entre escritura y lectura, haciendo imposible pensar la una sin la otra.

Elena Medellín Nació en Córdoba, España, en 1985. Publicó el libro de poesía mi primer bikini a la edad de dieciséis años, y desde entonces ha publicado Tara y Chatterton; los ensayos mundo mago y Todo lo que necesitas saber sobre poesía.; y la novela Las maravillastraducido a quince idiomas, ganador del Premio Francisco Umbral al Libro del Año 2020 e incluido en la terna del Premio Literario de Dublín 2023. También dirige el sello de poesía La Bella Varsovia.

Sobre su relación con la lectura afirma: “Nací en una familia de no lectores. Mis padres están empezando a leer ahora, a los sesenta años. No tenía biblioteca familiar: había un par de libros de Antonio Machado que mi madre había leído en el colegio, una novela para niños o adolescentes y una serie de libros sobre decoración. No era una biblioteca de lectores. Mi abuela me crió y cuando tenía tres o cuatro años me gustaba mucho hojear las revistas del corazón. Ella me fascinó con el papel, mirando las fotos de las celebridades. Mi relación con la literatura se forjó hablando con la librería del barrio, con los libros disponibles en la biblioteca. Antes de sentarme a escribir siempre me tomo veinte, treinta minutos para leer, como si fuera un deportista calentando antes de salir a correr para no lesionarme”.

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Invitada por el MALBA, durante agosto estuvo en Buenos Aires en el marco de la Residencia de Escritores. Participó del Programa de Becas de la Feria de Editores (FED), con el objetivo de brindar a los autores una inmersión en el mundo editorial argentino.

En esta entrevista para Infobae Culturacontó sobre el proyecto que la trajo a Buenos Aires, sobre Las maravillas y la relación entre literatura, política y feminismo.

La española Elena Medel es la tercera invitada de la edición 2023 de la REM.

–¿En qué trabajó durante su residencia?

–Estoy haciendo una biografía de concha méndez, escritor español vinculado a la generación del 27. Con su esposo, Manuel Altolaguirre, publicó tanto los nombres más importantes de la generación como las mujeres. Eran impresores y ella era quien dirigía la página. Tuvo una vida muy ligada tanto al exilio como a la inmigración. Se exilia tras la guerra civil española. Tanto ella como su marido eran de izquierdas, estaban muy vinculados a la República. Se exilian primero a Francia y al Reino Unido, muy brevemente, luego van a Cuba y México. Pero Antes de la guerra, en los años 20, vivió unos años de autodescubrimiento aquí en Buenos Aires..

Provenía de una familia de clase alta, con mucho dinero, que no la apoyaba con sus estudios. Ella encuentra ese rechazo familiar y tiene que mentir cada vez que va a conferencias. Ella dice que va a caminar con su novio. Decide escapar, toma ese camino que repite después a causa de la guerra: primero Francia, luego Reino Unido. Y en Londres conoce a exiliados argentinos que le cuentan sobre la vida literaria de Buenos Aires, y que había mujeres publicando. Compró un billete de barco para venir aquí y llegó en 1929. Dice en sus memorias que Buenos Aires fue una de las ciudades más importantes de su vida. Se hizo escritora aquí, no fue que vivió una vida superficial, sino que ingresó al mundo literario de Buenos Aires. Publicaba en La Nación, era amiga de Nora Borgesde Alfonsina Storni. Son dos años de mucha vida intelectual, en los que descubre qué escritora quiere ser. La sección europea ya la escribí, pero vine a escribir sobre sus años aquí, en Cuba y México. La beca me permite completar esa parte.

–En 2015 publicaste Cómo vivir con Antonio Machado, un libro sobre su vida y obra. ¿Qué encuentras en este género más biográfico?

–Me interesa mucho reflexionar sobre el conflicto de la tradición, del canon. Qué entendemos cuando hablamos de canon, qué tradición elegimos y cuál o cuál rechazamos. Cuando escribimos, no podemos olvidar lo que somos, las circunstancias en las que escribimos. No podemos aislarnos, siempre hay algo a nuestro alrededor. La propuesta de Machado surgió como un encargo de la editorial. Machado no es una influencia en lo que escribo, pero hay posiciones e intenciones en su poesía que me interesan mucho. La utilidad de la poesía, el trabajo con el lenguaje, son preguntas que me hago mucho.

“Antes de sentarme a escribir siempre me tomo veinte, treinta minutos para leer”, dice Elena Medel (Foto: Felipe Bozzani)“Antes de sentarme a escribir siempre me tomo veinte, treinta minutos para leer”, dice Elena Medel (Foto: Felipe Bozzani)

–¿Qué entiendes cuando hablamos de canon?

–Cada vez tengo más claro que se trata de una propuesta absolutamente subjetiva. Probablemente incluya personas con una actitud similar de género, clase, etc. Creo en la imposibilidad de una unidad única y monolítica. A veces parece que eran un centro y los márgenes, pero conviven muchos centros. Hay que pensar en la posibilidad de ampliar el canon literario, que abarque discursos que están fuera, o que haya muchos cánones diferentes. Es un concepto cada vez más abierto a estas operaciones. Cada vez hay más posibilidades de abrirse a otras lecturas diferentes.

–Tu novela Las maravillasEs, según Andrés Neuman, “una novela sobre dinero”, y está protagonizada por dos mujeres. ¿Cómo pensaste en la trama entre mujeres, dinero y clase social?

Me interesa hablar desde una voz radicalmente femenina.. Dentro de mi formación como lectora se identificó lo masculino con lo universal y lo femenino con lo parcial. Lo masculino hablaba de los grandes temas de la humanidad, lo femenino exclusivamente de lo femenino. Me interesa mucho hablar de dinero, de poder, de clase, desde esta posición, que los grandes temas, que lo universal, lo pueda contar una voz femenina también.

–María, al inicio de la novela, dice sobre las huelgas: “Hasta para protestar hay que tener dinero”.

–Al principio, el monólogo de María, donde enumera manifestaciones y huelgas, estaba escrito en positivo, indicando a cuáles había ido. Cuando lo corregí me di cuenta de que si ese personaje fuera una mujer real, no podría haber ido a ninguno, porque no podía permitirse el lujo de perder un día de sueldo en el trabajo. No le habrían renovado el contrato. María no es una trabajadora fácil y sumisa, es consciente de que no podría haber ido a esas manifestaciones, a menos que fueran un domingo o festivo. En la versión final de ella comienza a hablar, afirma que no fue a nada de lo que está hablando porque no tuvo ese tiempo.

"Cuando escribimos no podemos olvidar lo que somos", dice Elena Medel (Foto: Felipe Bozzani)“Cuando escribimos no podemos olvidar lo que somos”, dice Elena Medel (Foto: Felipe Bozzani)

–Es algo parecido a lo que piensa Paulo Freire en Pedagogía de los oprimidos: No tiene sentido que quienes no están en el círculo de oprimidos-opresores, lo que hoy podríamos llamar aliados, asuman como propia la lucha de los oprimidos.

–Hay causas que no están en el foco, porque las personas que están afectadas no tienen la posibilidad de centrarse en ellas. Tienen suficiente para sobrevivir. Hay un momento en el que María empieza a ser activa en las asociaciones, pone su vida al servicio de su militancia. El poco tiempo libre que tiene lo utiliza para el activismo. Sabe que hay otros compañeros que no tienen ese tiempo.

De adolescente siempre estuve relacionada con asociaciones feministas y grupos cruzados de clase. Gracias a eso estuve en estrecho contacto con mujeres de diferentes generaciones. Cuando comencé a considerar Las maravillas, busqué mujeres que pudieran contarme sobre su militancia y activismo. Busqué narrar ese sacrificio de poner la vida al servicio de la militancia.

–¿Qué lugar tiene la literatura, en contextos donde quizás la maternidad, o el trabajo, o la lucha política parecen no dejar espacio para otras cosas?

–Para mí la literatura es tan amplia… No creo que la literatura lo sea. No existe una definición fija, es un campo muy poroso. ¿Por qué literatura en estos tiempos en los que vamos a todas partes, casi sin paréntesis? La lectura nos permite evadirnos, muchas veces desdeñamos esa posibilidad más placentera de leer, que es fundamental. También puede ser un campo de reflexión, un imán que te acerque a la escritura, o que te proporcione una forma de conocer a los demás y de conocerte a ti mismo. La literatura nos permite plantear temas que nos interesan, y también permite que otros los retomen, sean cuestionados.. Escribo porque leo. Pero, al mismo tiempo, conozco personas que no leen, y por supuesto no escriben, pero viven una vida totalmente plena y feliz. Eso también es posible.

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Source: pagasa.edu.vn

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