El surgimiento de una cultura democrática.

El surgimiento de una cultura democrática.

Julio Saguier, intendente de la Ciudad de Buenos Aires, durante un acto oficial, el 8 de abril de 1984Julio Saguier, intendente de la Ciudad de Buenos Aires, durante un acto oficial, el 8 de abril de 1984

Julio Saguier Fue un gran intendente, el primero de la era democrática, luego de la nefasta dictadura del Proceso. Tuve el honor de acompañarlo como Secretario de Cultura, hoy Ministerio, desde el primero hasta el último día de su gestión al frente de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

La Fundación Larivière inaugura una nueva sala dedicada a la fotografía que inaugurará en el barrio porteño de La BocaLe puede interesar: ¿Cómo es la nueva sala dedicada a la fotografía que se estrena en La Boca?

Inició su gestión con las arcas municipales vacías y con el peso de una deuda estratosférica. Fue un funcionario de férrea y nunca cuestionada honestidad, lo que lamentablemente lo establece como una excepción en el panorama argentino de las últimas décadas. Demócrata con convicciones republicanas, una de sus primeras acciones fue restituir en sus cargos a todos los que habían sido destituidos por la dictadura.

En el ámbito cultural nos propusimos establecer una clara diferencia entre cultura democrática y cultura autoritaria. Tenía un equipo valiente, talentoso y motivado: Javier Torre, Cecilio Madanes, Olga Steinberg, Ariel Ramírez, Osvaldo Giesso, Chani Inchausti, Miguel San Jaume. Una de las primeras acciones fue suprimir todo tipo de censura impuesta a canciones, libros y obras de teatro. Levantamos las prohibiciones una a una, no en masa, para transformar la desgracia en mérito.

Ariel Ramírez (1921-2010)Ariel Ramírez (1921-2010)

Entendimos que priorizar el área cultural era importante no sólo para reparar los graves abusos sufridos, la dictadura le dio un estatus relevante de enemigo a perseguir, sino también porque esa era la mejor manera de lograr que la gente saliera de las catacumbas a las que habían llegado. sido condenado por el terror de los años oscuros. De ahí los memorables espectáculos al aire libre, poco relacionados con los megaespectáculos actuales. Estas se realizaron en escenarios instalados en los barrios y sirvieron para que la ciudadanía recuperara el placer de estar juntos, de volver a sentir que las calles y plazas también eran suyas, de reencontrarse emocionalmente con artistas que habían sido silenciados por las “listas”. negro.” Alentamos el regreso de artistas exiliados como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Horacio Guaraní, Antonio di Benedetto, Daniel Moyano, norma alejandroetc.

Le puede interesar: Crisis en el Museo Británico: robo de piezas, 2,4 millones de objetos sin catalogar y la digitalización necesaria

Ese mismo espíritu democrático fue el que nos animó a desarrollar el Programa Cultural en Barrios que, ante la falta de centros culturales en los barrios periféricos, ocupábamos las escuelas municipales en los momentos en que no había clases. Se trataba de demostrar que la cultura no era un privilegio de los sectores adinerados, como indicó y sigue indicando que las principales instituciones dedicadas a las artes están agrupadas en zonas de alto poder adquisitivo (Teatro Colón, Museo de Bellas Artes, Centro Recoleta, etc. .) pero era un derecho de todos los ciudadanos.

Un ejemplo de esto es que cuando organizamos una llamada internacional, “Buenos Aires Capital de las Artes”, al que asistieron máximas figuras de la época como Fernando Arrábal, Jerzy Kawalerowicz, Liliana Cavani, luigi nono, Oswaldo Guayasamín, Liv Ullman, etc. Decidimos que sus presentaciones y charlas no se desarrollaran en los escenarios habituales sino en Barracas, Mataderos, Villa Soldati. También iniciamos un Programa Cultural en los Sindicatos, acciones que contaron con la entusiasta colaboración de numerosos sindicatos.

Luis Alberto Spinetta formó parte del programa de recitales gratuitos y al aire libre realizados en el primer verano democrático de 1984.Luis Alberto Spinetta formó parte del programa de recitales gratuitos y al aire libre realizados en el primer verano democrático de 1984.

Cabe señalar que los centros culturales barriales y gremiales no solo ofrecieron exposiciones y espectáculos de primer nivel, sino que también alentaron a sus asistentes a generar creaciones propias, afines a las características o demandas de sus barrios. También se privilegió la enseñanza de artes y oficios, cerámica, talabartería, pintura, talla, carpintería (aún no eran tiempos de Internet), relacionando cultura con producción.

Le puede interesar: La historia de la pareja que publicó un Premio Nobel de Literatura desde la sala de su casa

El presupuesto del Teatro Colón consumió más de la mitad de los fondos destinados a Cultura en la ciudad. Decidimos reducirlo en algunos puntos y eso nos permitió mejorar los museos que estaban muy débiles y activar el Centro Cultural Recoleta y el San Martín.

Las dificultades de la gestión no fueron sólo las mencionadas: algunos propusieron identificar democracia con libertinaje y luego alzaron la voz exigiendo medidas de censura a publicaciones y películas por un supuesto desborde pornográfico. Saguier nunca consintió en esto y una vez le escuché decir “empiezas prohibiendo una teta y acabas censurando un libro”.

Una imagen emblemática del 10 de diciembre de 1983, día de la toma de posesión de Raúl Alfonsín Una imagen emblemática del 10 de diciembre de 1983, día de la toma de posesión de Raúl Alfonsín

No le resultó fácil lidiar con el internalismo de su partido, el Unión Cívica Radicalen el que encabezó la Movimiento de Renovación y Cambio. Tuvo que soportar los ataques de otros sectores que exigían compartir las dulzuras del poder, pero no la amargura de sus demandas y compromisos.

Otra dificultad, que Saguier supo transformar en virtud conmovedora: su grave enfermedad, que acabaría llevándole a la muerte en el ejercicio de sus funciones. Sabía perfectamente cuál era su diagnóstico y era consciente de que la evolución de su enfermedad no era favorable. Eso le dio sabiduría, un peso específico de dignidad, incluso mayor que el que naturalmente tenía. Debo confesar que esperaba con ansiedad los momentos en que me recibía en su oficina y después de atender asuntos urgentes nos quedábamos charlando sobre los temas que le interesaban: política principalmente, pero también religión, filosofía, deportes. Me conmovió el cariño con el que hablaba de su familia, de esa gran compañera en las buenas y en las malas que fue Matilde y de esos niños en los que había depositado las esperanzas de un padre orgulloso.

[Fotos: Gentileza Unión Cívica Radical; NA; Télam S. E.; prensa National Geographic]

Julio SaguierCulturaCiudad de Buenos AiresUCRUUnión Cívica Radical

Categories: Últimas Noticias
Source: pagasa.edu.vn

Leave a Comment