Bellingham celebra uno de sus goles ante Osasuna (REUTERS).
El fenómeno Bellingham se ha desatado. Aterrizó en Madrid siendo un desconocido para quienes no seguían la Bundesliga y el precio pagado por el Real Madrid parecía un arma de doble filo. Le concedió la condición de fichaje veraniego, pero generó una presión añadida a un chico que sólo tenía 19 años cuando se llevó a cabo la operación. El miedo escénico de jugar en el Santiago Bernabéu, la exigencia de la camiseta del Real Madrid… Nada ni nadie ha podido frenar un Bellingham estelar que ha caído de pie en el Real Madrid.
Para que todos los intangibles antes mencionados no puedan vencerlo, Jude tiene su propio método. “Me gusta salir al estadio a ver la cancha, visualizar el partido, las posiciones de juego, dónde voy a jugar… Así me siento más tranquilo. Es algo que vengo haciendo a lo largo de mi carrera y gracias a eso entro a los partidos sin nervios y preparado para cualquier cosa. Me enseñaron esto desde muy pequeño. Soy un tipo confiado, pero no esperaba un comienzo tan bueno. Estoy muy feliz. Hasta ahora sólo se han disputado 10 partidos y tendremos que mantener este nivel durante toda la temporada”, afirma el delantero inglés.
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El ritual con el que aplasta a Osasuna y supera a Cristiano
Ante el conjunto navarro volvió a los terrenos de juego del Santiago Bernabéu cuando aún no había comenzado el calentamiento y sólo necesitó nueve minutos para prolongar su idilio con el gol. La jugada, marcada por una ley de ventaja otorgada por Cuadra Fernández, finalizó con una gran asistencia de Carvajal y el meta inglés, que controló el área y superó con mucha tranquilidad a Sergio Herrera. Al inicio de la segunda parte creó una pared con Valverde y volvió a batir al portero navarro, esta vez por la rasa. Décimo gol en los diez primeros partidos que ha disputado con la camiseta blanca.
Interior del estadio Santiago Bernabéu tras las obras de este verano.
Un registro que, unido a las tres asistencias que ha repartido, le traslada a otra galaxia. La que antes habitaba un futbolista portugués capaz de llenar el Santiago Bernabéu para su presentación: Cristiano Ronaldo. Ni siquiera el portugués pudo seguir el ritmo goleador del inglés. Ronaldo celebró diez goles y dio una asistencia en sus primeros diez partidos en Madrid. Es decir, participó directamente en once goles, dos menos que Bellingham en el mismo número de partidos disputados, que ha dejado su huella en trece.
Hay que acostumbrarse a ver a Bellingham con los brazos abiertos mirando al fondo del Santiago Bernabéu. Es su particular manera de encontrar el reconocimiento público de su producción goleadora inesperada. Unos récords, diez goles y tres asistencias en sus primeros diez partidos con el Real Madrid, con lo que supera el arranque de Cristiano Ronaldo, que participó en dos goles menos en el mismo periodo de partidos.
El inglés volvió a brillar ante Osasuna y no sólo por sus goles. Es cierto que su ritmo goleador Oculta otras virtudes que también desarrolla como nadie, pero que son igual de importantes. Cubre todo el ancho del medio campo, ayuda constantemente a las defensas, tiene una gran capacidad de comprensión y asociación con sus compañeros y la mayoría de las decisiones que toma con y sin balón son acertadas.
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