39 heridos, 29 de ellos policías, y seis detenidos en la protesta contra la amnistía en Madrid este martes, con disturbios y cuantiosos daños.
Diez. Manifestantes contra amnistíaDespués de cortar la Gran Vía y hacer una breve incursión hacia el Congreso, habían rodeado la Calle Ferraz frente al escudo policial de la sede de la PSOE. La concentración, hasta entonces pacífica, se fue dispersando cuando grupos neonazis y violentos de extrema derecha disolvieron la protesta lanzando un ataque contra la Policía. Ferraz, y el centro de Madrid, se habían convertido en un campo de batalla que acabó con 39 heridos, 30 de ellos policías, y siete detenidos.
El cuarta noche de protestas Los enfrentamientos contra la amnistía en las calles de la capital comenzaron alrededor de las ocho de la tarde. Los antidisturbios ya se refugiaban para proteger la sede del PSOE en Ferraz mientras la columna de manifestantes convocada por Desokupa y otros representantes de la extrema derecha alentados por voz se dirigía, por sorpresa, hacia el Congreso de los Diputados. Por el camino cortaron el tráfico en la Gran Vía, algunos ondeando banderas preconstitucionales al grito de “Pedro Sánchez, hijo de puta” y otras proclamas contra el actual Gobierno por sus acuerdos con los partidos independentistas.
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Corte de la Gran Vía e incursión hacia el Congreso
Tras un recorrido de un kilómetro y medio pasando por la plaza de Cibeles y el Paseo del Prado, la columna llegó al cruce de la fuente de Neptuno y la carrera de San Jerónimo. Allí los esperaba un fuerte cordón policial improvisado, que impidió una posible asalto al congreso. Tras un breve plantón ante la policía, los manifestantes decidieron volver sobre sus pasos, cortando de nuevo la Gran Vía, para sumarse a los cientos de personas que ya rodeaban la calle Ferraz.
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Cuarta noche de manifestaciones contra la amnistía. HELENA MARGARIT CORTADELLAS
El grueso de la protesta se desarrolló en el cruce entre las calles Ferraz y Marqués de Urquijo, donde aproximadamente una hora después estallaron los disturbios. cargos policiales contra los violentos que previamente les habían lanzado bengalas y todo tipo de objetos contundentes. Pasaron los minutos y la violencia escaló exponencialmente, además de extenderse por todo el barrio de Argüelles. Sirenas, piedras, explosiones, fuego y carreras, muchas carreras. Habían disuelto la protesta.
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Cuarta noche de manifestaciones contra la amnistía. HELENA MARGARIT CORTADELLAS
Las “lecheras” -como llamaban los manifestantes a los furgones antidisturbios- intentaron dispersar a las pequeñas vanguardias de violentos persiguiéndolos a toda velocidad mientras intentaban impedírselo colocando barricadas y la quema de contenedores. También haciendo uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma. Mientras tanto, otros decidieron disfrutar de una cerveza o una copa de vino en los bares donde también se habían refugiado algunos manifestantes.
La Policía, tras un exigente despliegue, fue apoderándose paulatinamente de la control de callesaunque unos pocos estuvieron involucrados en los últimos restos de violencia que llegaron a la Gran Vía. Los pedazos de adoquines, contenedores, cristales y otros destrozos en las calles dejaron huellas del campo de batalla en el que, por una noche, se convirtió Ferraz.
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