Un inesperado y excelso Rodrygo devuelve al Real Madrid el liderato de LaLiga

Rodrygo celebra su primer gol ante el Cádiz (REUTERS).

El público de Nuevo Mirandilla no contaba con él. Fali y Chust no estaban preparados para su presencia. Ni siquiera el propio Ancelotti, que le dejó en el banquillo, se había imaginado un escenario con él sobre el césped tras regresar del parón internacional con una rodilla inflamada. Sin embargo, unos problemas intestinales obligaron al técnico italiano a quitarle la titularidad a Brahim Díaz y dársela a Rodrygo, el inesperado protagonista. Sucede en el fútbol y en la vida que una desgracia puede ser el principio de una gracia. Esto es lo que le pasó a Madrid. A Brahim se lo llevó un virus estomacal, menos estacionario que el virus FIFA que tanto ha asolado la enfermería blanca.

Carlo Ancelotti apostó por Rodrygo como suplente, con su rodilla bajo sospecha y un viaje transoceánico en su cuerpo más que sospechoso por parte de la FIFA. Del banquillo a tocar el cielo. Cualquier aficionado que haya visto el partido se habrá replanteado si las máquinas con las que le realizaron las pruebas médicas funcionan correctamente porque el brasileño fue un puñal, sobre todo cuando cayó hacia el costado izquierdo. Desde allí destruyó él solo Cádiz. Controló en carrera un pase de Bellingham, encaró el área, disparó y clavó al córner de Ledesma. Vinicius rompió, pero Rodrygo dio el paso.

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Rodrygo se estira

Su primer gol marcó la pauta de un partido que nunca estuvo en peligro para el Real Madrid, pero que bien pudo haberse enquistado en los primeros compases. Ancelotti, obligado por las circunstancias, completó la convocatoria con jugadores del filial, vio el debut de Gonzalo García, y se aferró a la conexión entre Kroos y Modric para suplir la falta de músculo que le generaban las ausencias de Camavinga y Tchouameni, pero El Madrid hizo de la necesidad virtud a espaldas de Rodrygo. Lanzó el contragolpe, Bellingham se abrió por la izquierda para ofrecerle un posible pase, pero el brasileño no le necesitó. Fue desmayando defensas con amagos y amagos mientras empezaba a salir del frente para bajar el telón con otro disparo colocado desde la derecha. Inapelable para Ledesma.

Rodrygo y Bellingham celebran el primer gol del Real Madrid ante el Cádiz (REUTERS).

Antes, el Real Madrid ya había avisado con un disparo de Modric al palo y la que probablemente sea la jugada cómica de la temporada. Bellingham tapó a Joselu, pero le tocó a Rodrygo que dejó sentado a Ledesma y éste sólo tuvo que empujar a la red. En esas apareció allí Joselu para sembrar dudas que finalmente quedaron sin resolver. El delantero español estorbó al brasileño y, con todo a su favor, no materializó la oportunidad. Ya sea porque creía que el brasileño iba a rematar y no quería anular su acción personal o por su posible posición adelantada. Cualquiera la razon, Joselu no tocó el balón y se llevó las manos a la cabeza, consciente del flagrante error.

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Lunin origina el debate

El Cádiz intentó responder al conjunto blanco, especialmente después de recibir el primer golpe en la barbilla. Sin nada que perder, el equipo de Sergio basó su ofensiva en los centros laterales. Chris Ramos venció a Rüdiger y casi sorprende; Rober Navarro tampoco acertó a disparar. Al Cádiz le faltó precisión y cuando la encontró, a través de Roger Martí, apareció Lunin para solucionar el poco trabajo que tenían. Sacó un potente disparo del español con la mano cambiada y estuvo donde tenía que estar para salvar otro cabezazo. Tercer partido del portero ucraniano desde la lesión de Kepa y segunda vez que se mantiene invicto. El debate en la portería se aviva.

Bellingham, que reapareció tras unas molestias en el hombro, fusiló a Ledesma antes de que Sergio le sustituyera por problemas físicos. El inglés volvió a ofrecerse por la izquierda en una jugada que lideró Rodrygo y marcó el tiempo. En esta ocasión sí recibió el pase y lo cruzó con un fuerte disparo. Once goles en doce partidos. Era la sentencia, si no lo era ya, de un Cádiz que ha ido bajando sus prestaciones con el paso de los días. Los de Ancelotti se sobreponen a las circunstancias y duermen líderes.

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