Memorias de Juan José Saer, de la mano de Beatriz Sarlo, sus editores y devotos lectores

Memorias de Juan José Saer, de la mano de Beatriz Sarlo, sus editores y devotos lectores

Video institucional de las “Jornadas Saer”, en la ciudad de Pergamino (Provincia de Buenos Aires)

¿Quién hubiera imaginado que las mañanas, las tardes y las noches estarían llenas de Juan José Saer a Pergamino, una pequeña ciudad al norte de Buenos Aires, convocando a escritores, críticos y editores, pero sobre todo a lectores que durante tres días llenaron el auditorio donde se realizó la Conferencia en su homenaje? En realidad, no muchas veces suceden hechos como este en torno a un solo autor, ni siquiera en las grandes ciudades. Y sin aniversario, fecha de referencia o similar como excusa: “No hay muchas razones para que hagamos las conferencias de Saer en Pergamino en septiembre”, afirma. Martín batallacoordinador con valeria olivieri, del coloquio—. Quizás sí queríamos que fuera en primavera. Pero hay razones de peso para la admiración y veneración que sentimos por la figura de este escritor que Beatriz Sarlo “Fue reconocido como el segundo escritor más importante del siglo XX en Argentina después de Borges”.

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Ese fue el espíritu que contagió al público al presenciar las intervenciones de Sarlo, el ensayista que más impulsó la lectura de Saer al mismo tiempo que el escritor publicaba sus novelas; Alberto Díaz, su editor histórico; el novelista Mario Goloboff; escritores actuales como Hernán Ronsino, Juan José Becerra cualquiera Jorge Consiglio y especialistas en la literatura de Saer como críticos Martín Prieto y Nora Ávaro, entre otros invitados. Además de los jóvenes ensayistas de Pérgamo que contribuyeron con sus presentaciones al evento.

Muchos amantes de la literatura de Saer llegaron a recordarlo (Crédito: Nela López)Muchos amantes de la literatura de Saer llegaron a recordarlo (Crédito: Nela López)

La primera jornada se cerró con la conferencia de Beatriz Sarlo, quien recordó la primera nota que escribió sobre la literatura de Saer en la revista Los libros, a principios de los años setenta, que el escritor agradeció. El gesto inusual “debió significar para él que había encontrado a los lectores que creía que necesitaba”. Se refirió a los escritos de Saer como “regionalismo no regionalista, profundamente litoral pero sin regionalismos”. Señaló a María Teresa Gramuglio, Susana Zanetti y al editor Alberto Díaz como los principales impulsores para que la literatura de Saer se diera a conocer.

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También se refirió al vínculo amistoso que los unía, surgido de esa afinidad entre crítico literario y escritor, pero derivado de relaciones personales que se prolongaron hasta la muerte del novelista santafesino. Sarlo señaló que, sin embargo, esa afinidad no rompía la regla de que los “porteños” no tenían acceso a opinar previo a la publicación de sus textos. “Saer tenía mucha confianza en su literatura”, dijo.

Beatriz Sarlo recordó su primera reseña de Saer en los años 1970 (Crédito: Nela López)Beatriz Sarlo recordó su primera reseña de Saer en los años 1970 (Crédito: Nela López)

Para concluir dijo: “La historia tiene momentos de total azar. Descubrir a Saer fue extraordinario: había algo por descubrir y había alguien por descubrir. La contemporaneidad de esos factores fue lo extraordinario”. Posteriormente, el ensayista fue reconocido como Invitado de Honor del Municipio. A la salida, como una estrella de rock, muchos participantes del público la fotografiaron en selfies.

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Antes, Juan José Becerra Había señalado el método de Saer como un proceso que “comienza con una idea de literatura y termina en una práctica de la literatura”, como si tuviera que cumplir una misión. Para Becerra, convertirse en “saeriano” implicaba “adscribirse a un orden: el de las oraciones subordinadas, el amor al artificio y la voluntad lírica, el desprecio por una cierta sabiduría, ser un soldado en la guerra por la forma”. Anteriormente los escritores habían intervenido. Ronsino y Concejoen el que no se olvidó al editor recientemente fallecido Christian Kupchik.

Juan José Becerra también recordó al escritor (Crédito: Nela López)Juan José Becerra también recordó al escritor (Crédito: Nela López)

También hubo un espacio particular para el ejercicio de la memoria personal, ya que la película fue proyectada Retrato de Juan José Saeruna película de 1996 dirigida por Rafael Filipelli, quien falleció en marzo de este año, quien también era su amigo personal. La película muestra el día a día del escritor en su residencia parisina a punto de partir hacia Argentina y su despedida con amigos y su llegada al país, primero a Buenos Aires y luego llegando a Santa Fe, su ciudad natal. él. En el documental aparecen Hugo Santiago, María Teresa Gramuglio, Raúl Beceyro, Alberto Díaz, Sarlo, Ricardo Piglia, un joven Martín Prieto, Martín Caparros cruzado casualmente en el aeropuerto, las hermanas de Saer y que culmina con un asado en el pueblo de Rincón. en Santa Fe.

La presencia de Sarlo, Alberto Díaz y Prieto sirvió para recordar no sólo aquel documental de circulación litúrgica, sino para recordar a Filiipelli, quien fue compañero de vida de Sarlo desde su regreso del exilio en México hasta su muerte. Díaz recordó ese exilio, que compartieron con otros argentinos residentes allí expulsados ​​por la dictadura. Contó que formó parte de una mesa de tangueros que se reunía semanalmente, al tiempo que compartían un círculo de exiliados en un “club socialista” que presidía Noé Jitrik, a quien Filipelli presentó una lista opositora que no perdió por muchos. votos. Y cómo cuando Filipelli decidió regresar al país antes que los demás, fue despedido por sus amigos con una obra cómica que lo representaba.

Alberto Díaz, Beatriz Sarlo y Martín Prieto resaltaron la influencia de Saer en la literatura argentina (Crédito: Nela López)Alberto Díaz, Beatriz Sarlo y Martín Prieto resaltaron la influencia de Saer en la literatura argentina (Crédito: Nela López)

A partir de la mención al tango, Sarlo se centró en las condiciones musicales del cineasta, y dijo que su familia debió brindarle una educación musical: “Pero las familias son instituciones que incurren en proyectar formaciones que nada tienen que ver con el destino de las personas. , algo que cada uno se da cuenta en un momento determinado, o no”. Contó cómo Filipelli le había transmitido la fascinación por el jazz y cómo amaba a Louis Armstrong y ella a Fitzgerald, aunque el músico que lo definía era Miles Davis.

Prieto, quien aparece en el asado final de la película, contó las peripecias de un extraño documental, en el que el director Filipelli dictó la “realidad documental” según sus deseos, al punto de hacer entrar varias veces a Saer al asado hasta que encontró la toma casual que le gustaba o cómo, para que una toma fuera perfecta, había ordenado a sus asistentes que levantaran de la mesa una silla de comedor, con el comensal sentado, para que no interfiriera con la imagen. Entre risas tuvo lugar la proyección. Previamente, Prieto y Nora Avaro, también rosarinos, habían presentado sobre la obra del escritor.

Martín Prieto recordó el documental sobre Saer en el que participó (Crédito: Nela López)Martín Prieto recordó el documental sobre Saer en el que participó (Crédito: Nela López)

También destacaron las intervenciones de jóvenes críticos de Pergamino, como Manuel Curínprofesor de literatura, que se detuvo en el uso de comillas en El limonero realuna de las novelas centrales de Saer, como marcas asociadas a la identidad de los personajes, o la de Enzo Servidia y Sofía Giglioni lo que plantea la cuestión de si Saer escribió conductor de taxila película de Martin Scorsese, a partir de las conexiones con el cuento “El Taxímetro” y el uso de la violencia en ambas obras. Aventuras intelectuales que se detiene minuciosamente en la obra del escritor santafesino o especulan sobre lecturas provocativas. Es que la literatura tiene, entre sus virtudes, la cualidad de la provocación y el entusiasmo.

Jorge Consiglio también se refirió a la obra de Saer (Crédito: Nela López)Jorge Consiglio también se refirió a la obra de Saer (Crédito: Nela López)

Martín Prieto Había señalado a Saer como un escritor “que se convierte en un problema para la literatura en la que ingresa”. Como sucedió con Borges, la literatura de Saer plantea cómo seguir escribiendo literatura en la Argentina después de Saer. Por eso conviven las lecturas de sus contemporáneos con las de sus nuevos lectores. Y al igual que Pergamino, una pequeña ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires, puede ser un epicentro para seguir el pulso a estas inquietudes.

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Source: pagasa.edu.vn

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