En esta presentación, el equipo de Infobae – Leamos profundiza en los límites norte de nuestro país para comprender sus problemáticas, la forma de vida de la población de estas zonas y particularmente sus fronteras. [“Fronteras”, de Lucía Salinas, puede descargarse gratis en Bajalibros clickeando acá]
Luego de una larga investigación, recorriendo el terreno y hablando con sus protagonistas, el periodista lucía salinas publicó su libro Fronteras, editado por Leamos, sello editorial de Infobae. Allí muestra y analiza lo que sucede en el límite norte de Argentina. ¿Y que pasa? Vidas hechas entre el contrabando a diferentes escalas y el narcotráfico. Realidades en las que se confunde un país con el otro pero también lo legal y lo ilegal.
A lo largo del trabajo -en el que estuvo acompañada de un equipo con el que también produjo un documental sobre el tema- Salinas pudo comprobar que, si bien los grandes movimientos de mercancías y drogas son realizados por grupos que ella define como “empresas ”, Para quienes se ganan la vida modestamente cruzando personas o cosas para vender, la raíz del problema es el abandono del Estado.
“No hay de qué vivir” es una frase que se repite. Y si no lo hay, se encuentra.
Una semana antes de las elecciones presidenciales, Infobae Leamos habló con Salinas de las diferentes aproximaciones posibles al problema y qué aspectos no se pueden olvidar.
Fronteras, un libro para conocer y comprender.
-¿Por qué el conflicto fronterizo no entra en los temas de campaña?
–Porque las agendas de campaña tienden a centrarse en los temas que conforman los principales conglomerados urbanos. Por otro lado, hay algo de eso. Argentina profunda que tiene lugar en aquellos bordes de nuestro territorio que se naturaliza y que, posiblemente, también lo invisibilice y desaparezca del debate público.
Precisamente, la intención de Fronteras Tanto en su versión libro como documental se trata de exponer esa cotidianidad que en muchos casos es más una supervivencia, en la que se convive con el contrabando y el tráfico de drogasentendido por autoridades locales, funcionarios judiciales y miembros de las Fuerzas Federales como el principal problema.
En esta visibilización que busca realizar esta investigación, surgen una gran cantidad de preguntas sobre el problema, y una de ellas tiene que ver precisamente con ¿Por qué no es un tema del orden del día?. Tenemos un gran número de ciudadanos que no sólo viven en esos límites de nuestro territorio, sino que han sido empujados en muchas ocasiones a vivir al margen de la ley.
-¿Los diferentes partidos tienen diferentes enfoques sobre el tema? ¿Qué proponen?
–Considero que la discusión está más concentrada en el tema de seguridad/inseguridad y en la el tráfico de drogas pero esencialmente en la ciudad de Rosario; No en vano la violencia que allí se vive, la disputa por el territorio de los grupos narco, han convertido a los ciudadanos en rehenes del crimen organizado. Una especie de territorio rendido.
Ciudad del Este, una frontera caliente.
Pensar la frontera norte del país sólo desde una perspectiva de peligrosidadde un hecho de inseguridad, es mirar sólo una de las piezas de un rompecabezas mucho más amplio y complejo que constituye ese territorio.
Dependiendo de la frontera donde uno se encuentre, la realidad que allí se desarrolla es diversa. La geografía, las particularidades de la frontera (ya sea seca, hídrica, urbana) impactan; esto también tiene un impacto en el tipo de delito que se comete. Pero al mismo tiempo, en ese territorio, estas peculiaridades determinan la idiosincrasia de las comunidades fronterizas, la cultura de quienes allí viven y sobreviven. Esto ya demuestra que la situación es multifacética, es un problema profundo y variado.
En base a eso, lo que nos preguntamos a lo largo Fronteras y después de conversar con funcionarios provinciales y municipales, representantes a nivel nacional así como con miembros de la Justicia Federal, es si la respuesta al problema que se presenta allí, esa puerta de entrada al contrabando y al narcotráfico que es la frontera norte, no es ¿Amerita una respuesta interdisciplinaria, acuerdos entre instituciones, una mirada amplia?
-¿En el pasado ha habido diferencias en el tratamiento del contrabando y el narcotráfico según quién gobernaba?
–Hay que distinguir allí dos cuestiones. En primer lugar, el contrabando cotidiano, de menor escala, que es la que realizan los bagayeros, los pasoros -el nombre varía según la provincia por la que se transita-. Esta es una actividad ilegal, sin duda, y quienes la realizan lo admiten. Allí no hay una realidad desconocida, son conscientes de los controles que superan, de los múltiples pasos no habilitados como puertos clandestinos cuando la frontera es el río Paraná, que utilizan para trasladar todo tipo de mercancías. Lo que inmediatamente sostienen, cuando reconocen que cometen un delito a diario, es que no hay otras posibilidades. mano de obra.
Así pasa la mercancía de un país a otro por la frontera norte.
Un fiscal federal sostuvo que en más de un expediente encuentran núcleos familiares con tres generaciones de bagayeros. Esto, por un lado, hace referencia a un tema endémico y por otro a una falta de respuestas institucionales hace décadas, lo que fue el terreno fértil para que esta actividad se convirtiera en la principal fuente de ingresos de muchos en estos bordes del país.
Por otra parte, hay que tener en cuenta el contrabando a gran escala. Hay un tema central ahí y tiene que ver con los vaivenes de la economía argentina. El único objetivo de las organizaciones criminales es hacer que sus negocios “triunfen”, obtener ganancias cada vez mayores y lograr que este circuito no sea interrumpido por una determinación política, por una operación judicial. Y en la ecuación financiera hoy ya no se dedican a un tipo exclusivo de producto, sino que la mercancía que se contrabandea es la que conviene al negocio.
La justicia también se centra en la contrabando de exportaciones: vinos finos en Bernardo de Irigoyen, combustible de puertos clandestinos en Misiones.
Bodega de vinos en Bernardo de Irigoyen, Misiones
Con la droga pasa lo mismo, no es un circuito único, no siempre es el mismo tipo de envío y es un cambio en la metodología del delito que ya está detectando el sistema de justicia.
Lo que todo esto demuestra es que tenemos décadas de ausencias en diversos aspectos que posibilitaron que esa frontera fuera permeable, terreno fértil para organizaciones criminales que también se aprovechan de la vulnerabilidad de personas que dicen no tener otras fuentes de trabajo.
-¿En qué tendría que pensar un nuevo presidente?
-Posiblemente en eso mirada más profunda y multifacética a la hora de abordar el problema y también a la hora de valorar a las comunidades que viven en esas fronteras, que son también dueñas de una enorme riqueza cultural propia de la proximidad a los países vecinos, de esa vida cotidiana que no distingue entre fronteras que separan y dividen territorios. Es una vida en los bordes, en la frontera y que construye una cultura que no puede anularse bajo una sola idea de estos puntos geográficos asociados al peligro, con la delincuencia como única variante de análisis.
Esta visión más amplia fue un desafío durante la investigación, también dar cuenta de esa vida que allí se desarrolla en los límites del territorio que convive con el el tráfico de drogas y con el contrabandopero también que construyan una enorme cultura fronteriza que dé identidad, que conviva con los países vecinos y que resulte ser un enorme activo que también sea parte de esa realidad.
* “Fronteras Integra la Biblioteca Leamos, que ofrece más de 160 libros electrónicos gratuitos. Accedido desde este enlace.
[Fotos: Lihueel Althabe.]
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Source: pagasa.edu.vn