La desgarradora razón por la que El Chavo del 8 queda huérfano y cómo llegó al barrio

La desgarradora razón por la que El Chavo del 8 queda huérfano y cómo llegó al barrio

El niño interpretado por Roberto Gómez Bolaños lleva una historia dramática que incluye abandono, hogares y orfandad pero encontró, en esa comunidad imperfecta, un nuevo formato de familia y apoyo.

El Chavo (Foto: Zuma Press/The Grosby Group)El Chavo (Foto: Zuma Press/The Grosby Group)

La historia transcurre desde todos los ángulos posibles: un niño de ocho años, sin familia, pobre, que vive solo en un viejo barril, añora los juguetes de los niños vecinos, recibe un golpe cada vez que se equivoca, elige un jamón sándwich cuando se le presenta la oportunidad de pedir un deseo. Todo alrededor de El Chavo del 8 Moviliza incluso a los más duros.

El artista parece hacerlo sin esfuerzo y con mucha naturalidad - crédito @valderramaprojectsLe puede interesar: Video: artista callejero con traje de Chavo despunta en Ibagué con impresionante truco de magia

Celebraciones sin seres queridos, cumpleaños sin fiestas y el estigma siempre latente, porque es una ley universal, si pasa algo malo las primeras miradas se dirigen hacia los desamparados. Como aquella tarde en que desaparecieron un par de cosas en el barrio -la plancha de doña Clotilde, la escopeta de don Ramón y la ropa interior de doña Florinda- y en lugar de abrir una investigación y analizar posibles hipótesis, sus vecinos lo acusaron de ladrón dando lugar a las más desgarradoras e injustas. Escena de toda la serie: el niño recoge sus pocas pertenencias en un cuadrado de tela, lo ata a un palo para convertirlo en una precaria bolsa y se marcha sin mirar atrás. “Ladrón, ladrón, ladrón”, le grita y señala a su gente, su única familia, esa comunidad que lo acogió y que, a pesar de las luchas y las carencias, supo darle amor. Hasta que aparece el verdadero delincuente -un nuevo vecino, el señor Hurtado- y todo se aclara porque se sabe, Chavito puede ser muchas cosas, pero nunca un ladrón.

En el barrio, a su manera, cada uno de los vecinos intenta cobijar al Chavo y hacerlo sentir "como en casa".En el barrio, a su manera, cada uno de los vecinos intenta cobijar al Chavo y hacerlo sentir “como en casa”.

Sin resentimientos y con un gran corazón, nuestro protagonista de 1,62 metros de altura nunca pierde la inocencia. Sin embargo. Aunque en su espalda lleva una pesada y dolorosa mochila. Como lo describió su creador, Roberto Gómez BolañosEn el libro El Diario del Chavo del Ocho -texto póstumo del actor fallecido el 28 de noviembre de 2014 a los 85 años- su historia familiar es digna de una telenovela mexicana. En eso escindir De su vida, Chavo podría decir que nunca conoció a su padre y que sólo guarda un puñado de recuerdos de su madre, una mujer que hizo lo que pudo. Ella dijo que lo dejó en una guardería porque era madre sola y trabajaba muchas horas para cubrir los gastos familiares.. Que todas las noches al final de su jornada iba a recogerlo, aunque por el cansancio a veces no se daba cuenta qué niño le entregaban y tomaba otro, dejándolo solo en la institución. Hasta Una noche ella no lo recogió, y pasó otra noche, y pasaron días completos, y nunca más se supo de ella, y Chavo finalmente terminó quedándose en un orfanato.

Aunque la Chilindrina lo amó en silencio, en ella el Chavo encontró una familia: más que una amiga, una hermanaAunque la Chilindrina lo amó en silencio, en ella el Chavo encontró una familia: más que una amiga, una hermana

Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi, así era su verdadero nombre, nunca recibió visita mientras estuvo en la casa. Tampoco apareció una familia con intención de adoptarlo. Al contrario, sufrió malos tratos por parte de la señora Martina, una guardia que no quería a los niños. Cansado de llorar y ver a sus compañeros tristes, comprendió desde muy pequeño que tenía que valerse por sí mismo, por lo que se armó de valor para afrontarlo. Su cuidadora, que habló en nombre del grupo, le dijo que se iría si no dejaba de maltratarlos. La amenaza salió mal, pues sin rastro de humanidad, la mujer abrió la puerta y respondió que si no le agradaba podía irse. Y Chavo se fue.

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Caminó solo y perdido durante días, hasta que Una fuerte tormenta lo obligó a buscar refugio y así llegó al barrio. Ese momento exacto se refleja en un episodio en el que señor ramón y el chilindrina Le muestran un álbum de fotos antiguas. Al pasar las páginas, encuentran una imagen de ambos niños, por lo que el padre decide retroceder en el tiempo y contar cómo comenzó esa amistad y cuál fue el momento exacto en el que Chavo ingresó al barrio.

Así llega el Chavo del 8 al barrio

Según su relato, las imágenes empiezan a verse en retrospectiva, con los personajes más pequeños. Padre e hija estaban en el patio para tomar algunas fotografías. Cuando Don Ramón colocó la cámara y le indicó a la Chilindrina dónde pararse para salir de la mejor manera, detrás de ella aparece un niño portando un palo con un paño atado para guardar sus pertenencias. Con gorra con orejeras a cuadros, enormes pantalones beige sujetos por un tirante naranja, camiseta a rayas y pies descalzos, se planta frente al personaje interpretado por María Antonieta de las Nievesquien lo mira sorprendido.

El preciso momento en que el Chavo llega al barrio (Foto: captura de pantalla)El preciso momento en que el Chavo llega al barrio (Foto: captura de pantalla)

“Chico, ¿tuviste que cruzarme justo cuando le estaba tomando una foto a mi hija?” el personaje comienza a gritar. Ramón Valdés para desenfocarlo. El Chavo no dice una sola palabra y solo mira fijamente al hombre. Una vez sacado, vuelve a gritar: “Niño, ¿qué tienes?”, a lo que su respuesta lo deja estupefacto: “hambre”.

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Con gran dificultad para tragar saliva, en un claro alarde de emoción, Don Ramón le ofrece entonces una torta de jamón. Al oír estas palabras, el niño empieza a saltar de la emoción, pero la alegría le dura poco: “¿Y de dónde voy a conseguir una tarta de jamón?”, dice su interlocutor, casi tan pobre como él.

La foto que desencadenó el recuerdo se transforma en blanco y negro, y regresa al presente del episodio. “¿Recuerdas que ese día te regalé un par de zapatos de mi papá?” Le pregunta la Chilindrina y el Chavo los vuelve a mover: “¿Cómo no me voy a acordar, si todavía los traigo?”.

Desde ese dia, El niño vive en ese lugar. Cuando llegó recién, vivía en el apartamento número 8, donde una anciana lo adoptó. porque aseguró Eso le recordó a su nieto. Tiempo después, la mujer falleció, llegó un nuevo inquilino al barrio del señor Barriga y el niño tuvo que mudarse a un viejo barril ubicado en el patio de entrada del complejo.

Aunque durante años se creyó que vivía en el barril, tiempo después se supo que sus vecinos al ver que había vuelto a quedar huérfano lo invitaron a dormir en sus casas.por lo que pasaba una noche en cada hospedaje y sólo entraba al barril cuando quería llorar o pasar un rato a solas.

En un episodio en la escuela, con Profesor Jirafales Al frente de la clase, El Chavo da una lección a sus compañeros: “A los animales que comen carne se les llama carnívoros; Los animales que comen frutos se llaman frutívoros; “Los animales que comen de todo se llaman ricos”. Para él no había mejor banquete que un bocadillo de jamón ni mayor lujo que un abrazo de su madre.

Chavo del 8ChespiritoDon Ramón

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Source: pagasa.edu.vn

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