En defensa de Ernesto SabatoEl autor de “El túnel” nunca estuvo del lado de quienes hacen la historia, sino de quienes la padecen

En defensa de Ernesto Sábato

Ernesto Sábato (Aldo Sessa)Ernesto Sábato (Aldo Sessa)

En abril de 1999, con el entonces director de Cultura de la provincia, Marylin Cristofany actuando como puente entre ambos, me reuní con el escritor Ernesto Sábato.

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El recuerdo de tal encuentro trae a la memoria también un conjunto de diatribas que en distintos momentos se han lanzado en detrimento de la memoria del brillante autor de El tunel.

Han llovido epítetos como “panqueque”, “aliado del general Videla”, “colaborador de la dictadura”, “firmante de cheques en blanco a militares”, “gorila”, “simpatizante de uniformados golpistas”, entre otros calificativos. su memoria.

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Sólo por expresar lo que pensaba lo repudiaron como si con sus opiniones hubiera causado algún daño irreparable al país o hubiera cometido un crimen contra la Argentina.

Le siguen reprochando, por ejemplo, que almorzó con Videla el 19 de mayo de 1976. No era sólo él quien estaba ahí. ellos también fueron Borgesel sacerdote-escritor Leonardo Castellaniy el entonces presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Horacio Ratti.

Borges y Sábato con Videla Borges y Sábato con Videla

Este almuerzo se produjo dos meses después del golpe, cuando aún no se sospechaba lo que vendría después.

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Algunos, aparentemente, olvidan que como forma de poner fin a la guerra civil que desangraba a la Argentina en aquellos años, el golpe militar de 1976 fue aprobado por casi todos, incluida la gran mayoría de los partidos políticos, excepto el partido comunista.

Lo mismo ocurrió en 1954 en Paraguay, donde muchos intelectuales apoyaron inicialmente la dictadura iniciada ese año en el país vecino. ¿Alguien reprochó Augusto Roa Bastos haber sido embajador cultural de Stroessner ¿en los EE.UU?

Hubo muchos que al principio tomaron a los militares como nada más que salvadores de Argentina. Hoy nadie recuerda este elogio al dictador Videla expresado en 1978 por Víctor Hugo Morales: “Por siempre, gracias, General. Argentina está en paz. Sin vosotros este Mundial no habría sido posible”.

¿Quién era más panqueque?

El término “panqueque” fue lanzado por un militante peronista que basó su definición en las declaraciones contradictorias y pensamientos oscilantes del escritor.

Olvidó que el fundador de su partido era un símbolo y un campeón de la contradicción. Habló de democracia con el mismo fervor con el que apoyó al nazifascismo. Al hablar de democracia, Perón apoyó al nazifascismo en Argentina.

Formaba parte de una logia de admiradores de Hitler, como lo revela esta frase de la proclamación del cuartel del GOU tras el golpe militar de 1943: “Hitler debe ser nuestro guía en la paz y la guerra”.

Juan Domingo PerónJuan Domingo Perón

Al año siguiente, el 10 de junio de 1944, en su calidad de Ministro de Guerra, brindó una extensa conferencia en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata, oportunidad en la que elogió la conducta diplomática y militar que había desplegado Hitler.

Dos años más tarde, como presidente constitucional, siguió apoyando al nazismo. Así lo recordó Sabato en Clarín el 8 de junio de 1960 con esta afirmación: “Perón recibió con alegría a los dirigentes nazis que huyeron como ratas disfrazadas hacia nuestras playas”.

Con Hitler muerto y Alemania derrotada, el nazismo ya no le servía. Luego trabó amistad con Estados Unidos, a una de cuyas empresas entregó la explotación petrolera de Santa Cruz. Y, aunque era católico, encarceló a más de treinta sacerdotes y quemó diez templos católicos.

Un día dijo que preferiría cortarse los dedos de una mano antes que pedir un préstamo al extranjero. Sin embargo, solicitó un préstamo millonario al Exim Bank de Nueva York. ¡Y acusa a un humilde escritor de panqueques por cambiar sus opiniones y pensamientos!

Un hombre cuyas obras fueron traducidas a treinta idiomas merece cierto respeto, y fue el segundo argentino, después de Borges, en recibir el Premio Cervantes.

(Télam)(Télam)

Su pasado comunista

Sabato merece un poco más de respeto, aunque sólo sea por el hecho de que vivió en los años 30 bajo terribles amenazas, en peligro de muerte, como comunista.

Lo consideraban una especie de criminal. Tuvo que mudarse definitivamente de casa, con un nombre falso, porque estaba en la lista de perseguidos por la Comisión Contra el Comunismo. En esas condiciones pasó cinco o seis años durísimos.

Posteriormente se distanció del comunismo, no por estas persecuciones, sino por motivos que explicó en uno de sus libros.

Sin embargo, nunca abandonó su verdadera pasión: la lucha por la justicia social y por la dignidad y el respeto del hombre. Hasta el día de su muerte, el 30 de abril de 2011, fue así.

lloro ante millones

Sabato también merece respeto por su llanto ante los millones de personas que vieron por televisión la entrega del informe de la CONADEP al presidente. Alfonsín.

Ernesto Sábato y Raúl Alfonsín (Facebook: Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA))Ernesto Sábato y Raúl Alfonsín (Facebook: Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA))

Lloró en nombre y representación de miles de personas que, después de haber descendido al más oscuro de los infiernos, volvieron a levantarse vislumbrando un posible mañana mejor en el horizonte.

Por razones desconocidas, algunos ex militantes de organizaciones guerrilleras menospreciaron la iniciativa de Alfonsín, que pasó a la historia con el nombre de “Nunca Más”.

Uno de ellos fue el poeta. Juan Gelmánquien criticó duramente aquel episodio judicial en una nota que publicó el 7 de enero de 1984 en El País de España, bajo el título “Argentina: lobos juzgando a los lobos”.

Sábato, hasta el día de su muerte, no dejó de defender aquel histórico juicio, y se mostró profundamente consternado por la Ley de Obediencia Debida, la Ley de Punto Final y los indultos que permitieron salir de prisión a los operadores del Proceso Militar. .

Asimismo, hasta sus últimos días expresó su alegría por la fuerza con la que muchas personas luchan contra la impunidad en las tribunas y en las calles, y la valentía con la que exigen justicia.

Cómo podría Alberto CamusSábato fue un escritor que nunca estuvo del lado de quienes hacen la historia, sino del lado de quienes sufren la historia.

*El autor es periodista, escritor e historiador.

Ernesto Sabatodictadura militarnunca másVidal Mario

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Source: pagasa.edu.vn

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